En el primer episodio, Batiato toma las riendas de la escuela de gladiadores familiar mientras su padre se encuentra fuera de la ciudad recuperándose de sus problemas de salud. El ambicioso romano elige a su mejor gladiador para ganarse el favor del noble Tullius.
Batiato ya está recuperado para dejar la cama tras la paliza que recibió a manos de los hombres de Tulio. A pesar de todo, Batiato no está dispuesto a ceder a las pretensiones de Tulio y planea su venganza. Para ello necesita nuevos gladiadores.
Batiato está encantado de haber conseguido que Ganicus vaya a participar en los juegos de Quintillius Varis. Comienza a presagiar un futuro brillante lleno de nuevas fortunas, pero cuando su padre vuelva a casa le desprecia.
Gaia pone en contacto a Lucrecia con una persona que podría reportarle beneficios. Además, la mujer acepta a regañadientes un plan arriesgado de su marido. Por otro lado, Batiato se enzarza en una dura lucha con su padre por el control de la escuela de gladiadores.
Tito muestra su desaprobación por la actitud de Lucrecia. La ambiciosa mujer ve amenazada su posición dentro de la casa de Batiato. Mientras tanto, Doctore organiza un torneo en el ludus, por orden expresa de Tito, con el fin de determinar la valía de sus hombres.
Lucrecia ha terminado con uno de sus enemigos, su suegro Tito. Aún así, no está satisfecha y presiona a Batiato para que acabe también con Tulio. El nuevo propietario del ludus lidia con Vettio, quien irrumpe en el velorio para reclamar la venta de Ganicus.
