Recién casados, con hijos
Los Bundy reciben una invitación para participar en un concurso de la tele que consiste en infligir tanto daño al otro como sea posible. No hay rivales para ellos.
Los Bundy reciben una invitación para participar en un concurso de la tele que consiste en infligir tanto daño al otro como sea posible. No hay rivales para ellos.
Al ha ganado algo de dinero en las carreras de caballos y trata de ocultárselo a su familia. Sin embargo, su extraño comportamiento hace sospechar a los suyos.
Al está atemorizado ante la inminente visita de la familia de Peggy. Poco imaginaba él que terminaría mediando en la disputa entre las tres hermanas mellizas.
Peggy se enfada con Al y decide salir con sus vecinas para disfrutar de una velada sin maridos. El sitio escogido para una noche tan prometedora resulta ser un club muy especial.
Peggy se encuentra inesperadamente con una antigua rival, compañera del instituto. A pesar de los años su relación no ha variado y siguen compitiendo en todas sus facetas.
Steve regresa a casa después de haber estado haciendo rafting durante una semana y trae una nueva imagen algo atrevida. Marcy le obliga a elegir: ella o su nueva imagen.
Al, Bud y Peggy regresan descorazonados después de ver cómo su equipo pierde por séptima vez consecutiva. Pero los chicos están enfadados porque pretenden incorparar mujeres al equipo.
Al invita a una joven estudiante de arte que se dirigía a Nueva York a pasar unos días con su familia. La presencia de la guapísima Tiffany va a provocar una guerra de celos en la casa.
Al está preocupado ya que los negocios no han ido del todo bien. Su precaria situación económica le obliga a renunciar ese año a los esperados regalos de Navidad.
Al y Steve están locos por conseguir antiguos cromos de baseball y no prestan atención a sus mujeres. Por eso ellas deciden revivir uno de los símbolos más claros de su infancia: las Barbies.
La negativa de Al a pagar la factura del teléfono obliga a la compañía de teléfonos a cortar el servicio en todo el edificio. Los vecinos y amigos, lógicamente, se enfadan mucho con él.
Al suspende el examen para renovar su licencia de conducir, el mismo día en que Kelly consigue su carné.
Un ratoncito se ha instalado en la casa y Peggy está realmente histérica. Ella insiste en llamar a un profesional para que acabe con el animal pero Al no está dispuesto a pagar dinero para solucionar algo tan ridículo.
Al tiene que tomar una de las decisiones más importantes del año: el lugar donde pasar las esperadas vacaciones. Pero esto no va a ser muy sencillo porque tiene que lograr el consenso familiar.
Al está indignado porque ha tenido muchos problemas con su tarjeta de crédito y aún más para solicitar la nueva. Lo que le faltaba es recibir un misterioso paquete para su perro...
Llega el esperado Día de San Valentín y Steve está muy nervioso buscando un regalo especial para Marcy. Al, por el contrario, perdió toda la ilusión después de su primer aniversario.
Ya han empezado las vacaciones y esta vez la familia ha decidido probar un sitio diferente. Esperan disfrutar de nuevas experiencias, pero quizás las aventuras que les esperan les hagan añorar el lugar de todos los años: Florida.
Un robo de un millón de dólares en el banco de Steve trae de cabeza a todo el mundo y en especial a los Bundy, porque Al es el principal sospechoso de haber cometido el hurto.
Mientras toda la familia padece las consecuencias de una engorrosa desinfección de plaga de termitas, Bud y Kelly aprovechan la situación para tirarse los trastos a la cabeza.
Peggy le pide prestado el coche a su vecina, pero Marcy no se atreve a dejárselo por miedo a Steve. Tras meditarlo mucho, Marcy se da cuenta de que está casada con un machista.
El perro de Al está causando estragos entre la vecindad avasallando a las perritas del barrio. Cuando se entera, Al decide arreglar la verja para que no vuelva a ocurrir. Pero Peggy le propone tomar una decisión más drástica.
Peggy se enfada con Al y decide salir con sus vecinas para disfrutar de una velada sin maridos. El sitio escogido para una noche tan prometedora resulta ser un club muy especial, que no es nada clásico.