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Nicole Kidman: «Las mujeres quieren ver historias contadas por ellas»

La australiana estrena «La seducción», que ganó en Cannes el premio a la mejor dirección, a cargo de la cineasta Sofia Coppola

Nicole Kidman, protagonista de «La seducción» de Sofia Coppola

MARÍA ESTÉVEZ

Nicole Kidman vuelve a ser la actriz del momento. La australiana estrena «La seducción» , que ganó en Cannes el premio a la mejor dirección, a cargo de la cineasta Sofia Coppola . Kidman, que este año también participará junto a Colin Farrell en «El sacrificio de un ciervo sagrado», de Yorgos Lanthimos, acaba de recibir una nominación al Emmy por su papel en la serie «Big Little Lies», y muy pronto la podremos ver en la segunda temporada de «Top of the Lake», de Jane Campion.

¿Qué significa protagonizar una película a las órdenes de Sofia Coppola?

Crecí en una casa con tres mujeres brillantes y fuertes: mi madre y mis dos hermanas. Sofia brinda un temperamento muy particular a sus rodajes, un confort, una sencillez, una confianza que nunca antes había recibido.

«La seducción» es una película dedicada a las mujeres.

Creo que es una historia densa, una compleja exploración de la experiencia femenina ante unas circunstancias extremas.

¿La considera feminista?

Digamos que se inclina artísticamente hacia el feminismo. Siempre me ha incomodado la idea de imponer a los espectadores lo que deben sentir. Creo que cada uno es libre de crear su propia opinión, de tener una reacción dependiendo de su propia experiencia. La interpretación de una narración es algo increíblemente personal. Una parte de la audiencia se identificará con un personaje, otra con otro. De eso se trata. Lo importante es crear una conversación.

Usted defendió en Cannes a las directoras porque cree que falta perspectiva femenina en el cine.

Absolutamente. Sólo un cuatro por ciento de las películas están realizadas por mujeres. Esa es la estadística. Creo que es importante repetir que necesitamos la opinión de mujeres artistas. Afortunadamente, tenemos a Jane Campion y a Sofia Coppola, con quienes he trabajado este año. Nosotras, las actrices, como mujeres, debemos apoyar a las realizadoras. Esa es la gran verdad. Muchos dicen que las cosas han cambiado, pero no.

Usted se refugia en Texas cuando no trabaja. ¿Antepone su vida privada a su carrera profesional?

Para mis hijos soy madre, no actriz. Como artista intento mantener ambos mundos separados. Todavía siento la pasión por actuar que tenía a los 21 años. En este momento de mi vida quiero arriesgarme, romper barreras, estar abierta a trabajar con artistas que me brindan libertad. No soy una actriz controladora ni estoy aquí para complacer a nadie. Elijo ponerme a las órdenes de cineastas en los que creo, como mi amiga Jane Campion, a quien conozco desde los 14 años.

¿Cuándo surgió en usted la pasión por el cine?

Fui a ver «La Naranja Mecánica» y, desde entonces, no me canso de comer y beber cine. Soy una admiradora del poder que ejerce en mí el sentarme frente a una pantalla, a oscuras, y dejarme transportar. Me fascina el cine y estoy comprometida con él.

¿Se siente cuestionada por su trabajo?

Soy actriz, me siento juzgada en cada momento. La forma de enfrentarse a los juicios ajenos es evitando juzgar a los demás. Trato de enseñar a mis hijos lo importante que es no juzgar a nadie, mucho menos por las apariencias. No quiero incluir ideas en la mente de mis hijos sobre lo que está bien o lo que está mal. Estamos educando a las futuras generaciones y tenemos una responsabilidad. Quiero enseñar a mis hijos a ser amables, empáticos, compasivos. Eso es algo que aprendes viajando, acercándote a otras culturas... Hay que tener la mente abierta y ser generosos con los demás.

Acaba de recibir una nominación al Emmy por su papel en «Big Little Lies», donde su personaje sufre violencia de género. ¿Le costó rodar esas escenas?

Fue durísimo, durísimo. Recuerdo que hubo días en los que terminaba con moratones en los brazos y llegaba al hotel por la noche, me metía en la bañera y me ponía a llorar. No por mí, sino por las mujeres que padecen a diario esa brutalidad. Creo que hay una epidemia en el mundo de abuso contra las mujeres y la forma en la que hemos contado la historia de mi personaje es muy real. Por eso digo que hay que ver las siete horas de la serie para entender la historia de mi personaje. No puedo hablar de ello sin revelar mucho y tampoco quiero resumir en una frase la violencia de género porque sería muy injusto para las víctimas.

«La seducción» habla de la relación entre las mujeres. ¿Confía en sus amigas?

Muchísimo. Mis amigas son los pilares de mi vida. Tengo cuatro que son mis puntos cardinales. Me han acompañado desde mi juventud y este drama está dedicado a ellas.

En Hollywood se dice que es muy difícil que las mujeres dirijan proyectos. Que usted y Reese Witherspoon se unieran para hacer «Big Little Lies» ayudó a la hora de convencer a HBO. ¿Sintió el poder de ser una estrella?

Sí, sí ayudó. Reese y yo creamos una estrategia a la hora de vender la idea porque queríamos que la serie se desarrollara como la habíamos planeado. La audiencia femenina quiere ver historias desarrolladas y contadas por mujeres. Se han cansado de verse siempre desde la perspectiva del hombre blanco. Lo siento, pero es así. Y lo mismo ocurre con «La seducción»: es la visión femenina de una historia que hasta ahora se había contado por hombres.

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