Haneke no llega (¿a dónde?) y Lanthimos se pasa (¿de qué?)
«Happy End» y «Sacrificio de un ciervo sagrado» trajeron frustración y desconcierto a una sección oficial que no da con la tecla
De golpe, tres de los directores que mejor se mueven en la pasarela de los festivales, Michael Haneke , Yorgos Lanthimos y Hong Sang-soo , pitaron al atravesar el arco de seguridad de la competición, probablemente porque traían tres películas cargadas de metal más o menos pesado. «Happy End», «Sacrificio de un ciervo sagrado» y «El día después» son los últimos títulos que tampoco van a hacer historia (al menos, de la buena) en esta edición de Cannes , la septuagésima, cuya primera mitad no ha invitado a más cosa que atusarse el bigote o rascarse una oreja.
A «Happy End» le falta esa uña sucia de Haneke raspando en las tripas de la sociedad y sus espectadores
En toda esa maldad y ese jugueteo con lo sobrenatural del señor Yorgos se esconde una metáfora, pero esta tiene aún menos respaldo de la lógica
En «El día después» los personajes son mendruguillos que solo desprenden migas, y con ello Sang-soo remueve un poquito el tiempo y la narración y se piensa que ha hecho algo. Pues no
Noticias relacionadas
- Michel Hazanavicius borda el retrato de Godard en «Le redoutable»
- «En EE.UU. hay más barreras por saltar que en Francia»
- «De niño tenía muchas metas, lo que no sabía es que las conseguiría»
- Clint Eastwood pone Cannes patas arriba
- Guerra abierta entre el Festival de Cannes y Netflix
- «Okja», de Bong Joon-ho, hace historia e inaugura una era
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete