El Goya de Honor, terreno infértil para las mujeres
En 32 ediciones, solo seis mujeres han recibido el galardón
¿Para qué sirve el Goya de Honor? Este premio nació en 1986 para reconocer a las personas que han dedicado toda una carrera a la industria del cine. Sin embargo, no solo premian la excelencia, como evidencia la larga ausencia de grandes nombres de nuestro cine en la lista de galardonados; tampoco el fin de un ciclo, pues algunos de los reconocidos todavía pueden seguir cosechando grandes proyectos. A veces, parece ser un regalo, una manera de rescatar ciertos perfiles y relanzar algunas carreras.
Directores como José María Forqué, Mario Camus o Jaime de Armiñán pertenecen al selecto grupo con el Goya de Honor, como el guionista Rafael Azcona o el actor Alfredo Landa. Siete rostros dedicados únicamente a la actuación, once directores y tres productores, además de otras profesiones relacionadas con la industria, suman un total de 26 Goyas de Honor para los hombres , mientras que las mujeres salpican el palmarés con únicamente seis galardones. Cinco actrices (Rafaela Aparicio, Imperio Argentina, Concha Velasco, Ana Belén y Marisa Paredes), y una sola mujer dedicada solamente a la dirección, Josefina Molina.
El director de fotografía José F. Aguayo inauguró este reconocimiento en 1986, seguido de la primera mujer en obtenerlo, Rafaela Aparicio, fallecida hace más de una década. También el último nombre en sumarse a esta lista es una mujer, Marisa Paredes , en cuyas seis décadas de carrera dedicada al séptimo arte figuran títulos como «La flor de mi secreto» o «Carola de día, Carola de noche». Un reconocimiento a toda una vida frente a la gran pantalla que aceptó con humildad: « Hay mucha gente que ha hecho lo mismo que yo y ha tenido menos suerte ». Actores como José Sacristán o el fallecido Fernando Fernán Gómez, directores como Carlos Saura o Luis García Berlanga y actrices como la recientemente fallecida Terele Pávez certifican sus palabras.
El año pasado fue Ana Belén la que recogió el galardón, reforzando la que parece ser la constante de equilibrar una lista predominantemente masculina y llena de personalidades que nos han dejado hace tiempo. De los 32 galardonados desde finales de la década de los ochenta, tan solo diez siguen vivos.
La Academia, en cambio, parece haber abrazado un halo de modernidad e integración, cambiando su dinámica e intentando equilibrar una balanza que no dice mucho a favor de la igualdad . De hecho, de las seis mujeres que han recogido el Goya de Honor, cuatro lo han recibido hace menos de diez años. Una tendencia que parece perseguir la renovación incluyendo rostros populares y dejando para otro tipo de conmemoraciones a las leyendas.
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