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Ghost in the Shell (***): Replicante Johansson

El director, Rupert Sanders, consigue enfundar una historia muy escasita, dicho sea de paso, en imágenes espectaculares

Oti Rodríguez Marchante

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Sabemos lo que hay delante de esta película de ciencia ficción: el poderoso atractivo enfundado en un látex color carne de Scarlett Johansson . Y conviene saber también algo de lo que hay detrás: un famosísimo «manga» de Masamune Shirow , del que ya se han hecho versiones animadas y series de televisión con su personaje protagonista, una súper agente de policía que es un híbrido con cuerpo cibernético y un cerebro humano. Puesto que el cuerpo cyborg es el muy carnal de Scarlett Johansson y el cerebro es de su desconocido personaje anterior, le asalta a uno esa vieja anécdota entre Marilyn Monroe y Albert Einstein (se cuenta que ella le dijo: deberíamos tener un hijo juntos, ¿se imagina un bebé con mi físico y su cerebro?; y él la previno contra el efecto contrario, un bebé con la belleza Einstein y la inteligencia Monroe).

El director, Rupert Sanders, consigue enfundar una historia muy escasita, dicho sea de paso, en imágenes espectaculares y darle un ritmo y una intriga que valen el precio de la entrada , pero lo realmente conmovedor de la película es que siempre se mueve en ese peldaño moral y en ese estado de ánimo de «la criatura» ante su «creador», y está empapada de esas «gotas de lluvia» de replicante en su escena final (estéticamente está alentada en su zona de «reflexión» por el estilo «Blade Runner» ). Se disfruta en paralelo de lo intricado de su trama de «thriller» futurista pilado por los pelos, o los «bites», de su atractivo despliegue digital y del sombreado emocional, que se oscurece progresivamente a medida de que un descontento y un amargor de «máquina se apodera de los personajes, en especial del de ella y de sus tristes no-recuerdos. Hay muchos grandes momentos «corporales» de Johansson y combina cierta pretensión sentimental con un toque paródico, como la presencia llena de «tics» del director Takeshi Kitano , aunque solo sea por el modo en que dice eso de que no se puede enviar un conejo a cazar un zorro.

[Lea más: Scarlett Johansson, de mito de la sensualidad a reina del cine fantástico ]

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