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ABC Cultural

Crítica de El doctor de la felicidad: Cine francés, receta americana

La historia es simpática y sencilla, aunque no ayude la fórmula americana, pseudocapriana, ni el tono de falsete

Omar Sy llega como un entrañable médico a un pequeño pueblo francés
Federico Marín Bellón

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Omar Sy ha alcanzado el estatus de « Intocable », la película que lo lanzó a la fama. Encasillado en sí mismo en papeles que domina, el actor francés es aquí un granujilla reconvertido en médico, con o sin título, que ve en el noble ... arte de curar la oportunidad de hacer dinero. Su personaje llega a un pueblecito con la misma capa que Juliette Binoche en «Chocolat» . Tiene un don para calar a la gente y el encanto de utilizarlo sin resultar cínico. En el fondo es un hombre bueno que hace el bien, quizá para un propósito equivocado. El problema de la película es que, del alcalde al cartero, todo los habitantes de Saint-Maurice son tontos, digámoslo sin tapujos. Si tienen una poción mágica, como los vecinos de Astérix, la fórmula es un desastre. El cura (Alex Lutz)es una caricatura. Se salva la chica guapa, por supuesto, encarnada por Ana Girardot.

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