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«Rey Arturo: la leyenda de Excalibur» (**): El último camelo de Guy Ritchie

Guy Ritchie agarra la historia más clásica de la isla y la lleva al peor rincón de su terreno

Fotograma de «Rey Arturo: la leyenda de Excálibur» ABC
Federico Marín Bellón

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Guy Ritchie agarra la historia más clásica de la isla y la lleva al peor rincón de su terreno, el abuso de la thermomix, perdida hace siglos la frescura de y «Snatch: cerdos y diamantes» . Camelot ya no tiene magia, sino efectos digitales. Ni siquiera cabe llamarlos especiales.

Ahora el crítico hace un giro vertiginoso de su punto de vista y pasa a narrar las virtudes que conserva el cine del británico. La cosa es espectacular, muy apropiada para los últimos sofocos (esperemos) del verano. Y entretenida. Si sospecha que su vecino de butaca se ha dormido, llame al 112, porque está muerto.

Ritchie también se muestra acertado en las caras menos conocidas de su reparto: la casi española Astrid Berges-Frisbey, cuya mirada es la verdadera espada de la cinta, y el musculoso Charlie Hunnam . Puede que el chico no parezca el idóneo para reencarnar a Arturo, pero sí lo es para dar vida al superhéroe pandillero que, en el típico ataque de director, buscaba su «entrenador». Al fin y al cabo, ¿cuántos recuerdan al Nigel Terry que protagonizó el clásico de John Boorman? Y eso que la versión de 1981 siempre tuvo el prestigio subido.

Nuevo corte nervioso en la sala de montaje de la redacción –es contagioso– para desvelar que lo que ve el espectador durante demasiados minutos parecen los descartes de «Juego de tronos» . O de la última fantasía Marvel . A los personajes incluso se les iluminan los ojos y el mundo tiembla cuando el bueno(rro) de Hunnam sostiene la espada como es debido, que ahora sabemos que es a dos manos, sin la elegancia de Federer. Ahí el gasto en fuegos artificiales se dispara y las ideas se agotan. Ni una gota de leyenda que echarse al gaznate. Si la «actualización» de Sherlock Holmes aguantaba el debate, como mínimo, la de Camelot es un simple raspado de la última letra del reino.

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