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La vergüenza de España

Zapatero es ya un declarado agente del dictador Maduro

Rodríguez Zapatero (derecha), con Nicolás Maduro, en una imagen de archivo Archivo
Hermann Tertsch

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José Luís Rodríguez Zapatero dice no tener dudas de que las elecciones presidenciales de hoy en Venezuela, convocadas, dirigidas, orquestadas y controladas en su recuento por la dictadura criminal de Nicolás Maduro para garantizar la continuidad de Nicolás Maduro son unas elecciones limpias. Y está ... molesto con la UE, con la OEA, con EE.UU., con la oposición democrática venezolana y con los obispos y presos políticos venezolanos porque «ven estas elecciones con prejuicios». Prejuicios lo llama. Somos muchos españoles los que ante cualquier venezolano nos disculpamos por la profunda vergüenza que suponen las actividades infames de Zapatero en Venezuela. Incluso quienes nunca nos dejamos engañar por este personaje en su devastador paso por la historia de España estamos sobrecogidos por su aventura venezolana. Hasta quienes siempre denunciamos que tras su insufrible ternurismo de palabra no había sino una implacable voluntad por imponer su conveniencia pasando por encima hasta de presos y cadáveres, nos sorprendemos por el cinismo que despliega como agente de los intereses del narcodictador. Estupefactos ante su permanente escalada hacia nuevas cotas de ignominia. Algún día quizás se sepa qué oscuros intereses le compensan a Zapatero el caminar con tanto aplomo por la senda del peor deshonor. Y por qué aun no ha sido desautorizado por el gobierno español.

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