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EDITORIAL ABC

Un pacto por Cataluña

Hay una opción a corto plazo para desarmar políticamente la influencia del nacionalismo y es que populares y socialistas se comprometan a apoyarse en los asuntos de Estado

El cabeza de lista a la presidencia de la Generalitat por el PPC, Xavier García Albiol, vota el 21-D EFE

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La resaca del 21-D durará meses y tendrá consecuencias ahora mismo imprevisibles. Pero las tendrá y graves, porque es necesario que tanto el Partido Popular como el PSOE asuman la corresponsabilidad de una actuación histórica respecto de Cataluña que se ha saldado con la ... renuncia a hacer presente el Estado en esta comunidad autónoma. Es cierto que ahora resulta más fácil criticar lo que en otros momentos se consideró política de Estado, pero habrá que aceptar que aquella estrategia de cesión y concesión al nacionalismo para lograr, primero, su apoyo al pacto constituyente y, segundo, su aportación a la estabilidad de los gobiernos del PP y del PSOE, no ha producido el efecto de su lealtad al orden constitucional. Hay una opción a corto plazo para desarmar políticamente la influencia del nacionalismo y es que populares y socialistas se comprometan a apoyarse en los asuntos de Estado y en las políticas presupuestarias críticas -como las que corresponden a la actual crisis- poniendo punto final al mercadeo con nacionalistas vascos y catalanes. La desafección de los grandes partidos nacionales entre sí es el vivero de los nacionalistas. Antes que tocar la Constitución, prueben PP y PSOE una política de pactos, sin necesidad de una «gran coalición», pero sobre la base del patriotismo.

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