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Haciendo el trabajo sucio

La Administración Trump intentó ayer hacer parte de lo que dejó pendiente Barack Obama, el Nobel de la Paz

Bachar al-Assad REUTERS
Ramón Pérez-Maura

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El régimen sirio es de un grado tal de patetismo que no hay mejor muestra del éxito militar del bombardeo aliado de las pasadas horas en Siria que las imágenes de Bachar al-Assad llegando, según la televisión siria, a su despacho. Entra en ... un inmenso edificio en el que no hay nadie esperándole. La recepción está vacía y pulcra. En las horas que —supuestamente— siguen a un ataque aéreo de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, Assad se pasea sin un solo asistente a su lado, ni militar ni civil . Me pregunto si los comentaristas de la cadena nacional siria habrán comentado que se movía solo a la espera de despejar un misil de una patada. Porque el balance de los sirios, según el cual habían derribado casi el 70 por ciento de los misiles recibidos, suena a eso: a que los despejaban a cabezazos.

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