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El desplome

La burocracia y la inercia pesan demasiado en las dos grandes formaciones

Pedro García Cuartango

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La encuesta del CIS refleja la profunda mutación que ha sufrido el mapa político en nuestro país, que se puede constatar en una simple comparación. PP y PSOE obtuvieron el 84% de los votos en las elecciones generales de 2008. En este último sondeo, suman el 46%, es decir, han perdido 38 puntos desde entonces. Los dos beneficiarios de ese declive han sido Ciudadanos y Podemos, que tendrían una intención de voto del 42%, según el trabajo del CIS.

Anteayer escuché a Martínez-Maillo jactarse de que el PP sigue siendo el partido con más apoyo electoral. Y es verdad . Pero no dice que, si extrapolamos esos datos, la formación de Génova habría perdido casi cinco millones de sufragios desde las elecciones de 2008. Y el PSOE una cifra todavía mayor.

La pregunta es por qué el bipartidismo se ha derrumbado de una forma tan estrepitosa. Hay diversas causas que han provocado el desplome y no es éste el lugar ni el momento para entrar en una cuestión tan compleja, pero sí podemos observar que los dos grandes partidos se han quedado sin relato . Dicho de otra forma, no son capaces de ofrecer alternativas ilusionantes a sus bases electorales.

El obispo anglicano Berkeley, un curioso personaje que emigró de Irlanda a EE.UU. para predicar el Evangelio en las plantaciones, dijo una frase que ilustra muy bien lo que les está pasando a los dos grandes partidos: esse est percipi ( ser es ser percibido ). Pues bien, la percepción del PP y del PSOE se ha vuelto negativa para ese 38% de ciudadanos que han dejado de votarles.

No es sólo que ambos partidos antaño mayoritarios carezcan de relato, sino que además son percibidos, siguiendo los términos de Berkeley , como fuerzas políticas ancladas en el pasado y sin soluciones para los nuevos problemas de un entorno en una transformación acelerada.

Berkeley refutaba la validez de las nociones abstractas y sostenía que el mundo se reduce a lo que percibimos a través de nuestros sentidos. Esta afirmación podría ser considerada premonitoria en una sociedad donde priman el espectáculo y las redes sociales .

Hoy el ser se reduce a pura apariencia y, en este sentido, podríamos de decir que el PP y el PSOE tienen un serio problema en cómo son percibidos en los medios de comunicación y en las redes, donde Ciudadanos y Podemos se manejan con mucha más habilidad.

No quiero decir con esto que el declive de ambos partidos se deba a sus dificultades para transmitir sus mensajes. No, eso sería una explicación demasiado simplista . Por el contrario, el deterioro de su credibilidad obedece a razones mucho más complejas. Por ejemplo, a su incapacidad de regenerarse y ofrecer alternativas que respondan a la complejidad del momento.

La burocracia y la inercia pesan demasiado en las dos grandes formaciones, que siguen mostrando una inquietante lentitud para reaccionar ante la corrupción, especialmente el PP. Si no asumen una terapia de choque , están condenados a una irrelevancia que acabará por consumirlos.

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