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EDITORIAL ABC

Cuenta atrás para los barones socialistas

El éxito de esta estrategia de Sánchez está condicionado a la recuperación del poder político, empresa en la que ha fracasado a escala nacional

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez EFE

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Pedro Sánchez está aplicando su victoria en las primarias con mano de hierro, con la intención de configurar un PSOE monolítico y alineado fielmente con su liderazgo. La composición de la Ejecutiva Federal desmintió cualquier expectativa de integración con el «susanismo», reducido a escombros, y ahora Sánchez quiere que la expansión de su poder inicie una nueva fase, la de los congresos regionales. El caso del socialismo valenciano sintetiza el acoso del «sanchismo» a los barones que apoyaron a Susana Díaz y que propiciaron la caída inicial de Sánchez. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tendrá que disputar el liderazgo del partido con Rafael García, alcalde de Burjassot y candidato que representa a la nueva dirección federal de los socialistas. Esta es la factura impuesta a Puig por haber sido cabeza visible del intento de defenestración de Sánchez y del movimiento de apoyo a Susana Díaz. El secretario general quiere que en el nuevo PSOE asambleario que le ha llevado a la cúspide del partido no existan poderes locales que entorpezcan sus decisiones. En Aragón, el presidente del Gobierno autonómico, Javier Lambán, se enfrenta al mismo escenario que Puig en Valencia. Ambos representan el declive de la federalización del PSOE -aunque parezca un contrasentido con las propuestas federalizantes de este partido para el Estado- ante el empuje de una legitimación directa del nuevo secretario general por las bases socialistas. El acceso de Sánchez al liderazgo del PSOE centraliza el poder en este partido con tintes jacobinos.

El éxito de esta estrategia de Sánchez está condicionado a la recuperación del poder político, empresa en la que ha fracasado a escala nacional. No debe dudar Sanchez de que el mismo PSOE que ahora se pone en sus manos será implacable a la hora de pedirle cuentas si no consigue arrebatar el poder al PP.

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