Candela con burundanga

Anteayer fue asesinado Luis Manuel Díaz , secretario general del partido Acción Democrática, exchavista y opositor al régimen. Participaba en un acto de campaña junto a Lilian Tintori , que denunció, horas después, otro atentado. Su avioneta ardió, asegura que manipulada.

Con ser «candela con burundanga en las calles» amenazó Maduro hace unos días. Candela es fuego, lo sabemos; la burundanga, una droga paralizante asociada al crimen y a la violencia. Se parece a sarandonga, pero se la dan a la víctima antes de violarla . Sea lo que sea la unión de las dos palabras (el sintagma, diremos), no suena a tranquilidad ni a arbitraje institucional.

Similar tono amenazante gasta Diosdado Cabello , el segundo, cuando se dirige al pueblo con el mazo de Pedro Picapiedra en la mesa.

En Venezuela todo tiene una dulzura e intensidad dramática, como de culebrón, que parece banalizarlo todo , pero esto es, estrictamente, terror en pleno proceso electoral.

La esperanza de cambio puede no ser bastante ante un régimen que entiende la alternancia como un ataque. Las elecciones legislativas del 6-D , que en el pronóstico serían para la oposición, deberían abrir una etapa de pluralismo. Así sucedería si fuera Venezuela, como aseguran sus franquiciados españoles, una democracia con garantías.

¿Qué hay, sin embargo? Civiles armados, opositores asesinados o en prisión, el Consejo Nacional consintiendo el desequilibrio electoral, restricciones a la libre información, un rechazo al ofrecimiento de observación internacional realizado por la Organización de Estados Americanos... También, se dice poco, el prolongado estado de excepción en algunos municipios (de predominante color opositor).

No se dan las condiciones para un proceso electoral y la situación preludia el autogolpe.