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Más del 50% de la información científica sobre biodiversidad procede de los ciudadanos

Los pájaros, las setas y las mariposas son los grupos más beneficiados por este «boom brutal» que se está viviendo en España, reconocen desde el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales

Los ciudadanos de Europa, Estados Unidos y Australia son los que más datos aportan a la Ifraestructura Mundial de Información en Biodiversidad CSIC

NATURAL

Más del 50% de los datos de la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GBIF , por sus siglas en inglés) ya provienen de la ciencia ciudadana .

La biodiversidad «hay que conservarla ante las continuas amenazas derivadas de la acción humana, porque nos proporciona múltiples servicios ambientales como la polinización, el control de plagas o la protección ante perturbaciones», explica Bernat Claramunt, investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) .

Los ciudadanos ayudan a conocer si una especie concreta está presente o ausente en un lugar

«Muchos datos sobre biodiversidad aluden, sobre todo, a la distribución de especies —si una especie concreta está presente o ausente en un lugar-. Pero hay otras variables sobre biodiversidad que no se siguen desde la ciencia ciudadana, y solo se obtienen a partir de las observaciones y medidas de los científicos, como la demografía o características como la masa corporal de los organismos», explica Claramunt.

Claramunt, que ha participado en un reciente estudio publicado en la revista Biological Conservation, destaca en su análisis el gran potencial que todavía tiene la ciencia ciudadana, que aporta el 70% de datos sobre animales y el 16% sobre plantas , en el campo de la conservación.

El estudio también detecta que los grupos más beneficiados actualmente por la ciencia ciudadana son, con diferencia, los pájaros , seguidos de las setas y las mariposas .

«Esta buena representación de ciertos grupos no es homogénea a escala mundial, y tampoco el grado en el que la ciencia ciudadana está instaurada en todo el mundo», ha afirmado el investigador.

Así, la ciencia ciudadana aporta muchos datos en algunos países de Europa , EE.UU. y Australia , pero no en otros lugares que son muy interesantes por la biodiversidad que albergan, y donde los proyectos de ciencia ciudadana son todavía escasos.

Los proyectos de ciencia ciudadana pueden convertirse en sistemas de alerta temprana con respecto a las invasiones

«Cuanto más datos y más gente implicada haya, más fácil será tener datos de especies raras», lo que puede ser muy útil para detectar especies invasoras , hasta el punto que los proyectos de ciencia ciudadana pueden convertirse en sistemas de alerta temprana con respecto a las invasiones, destaca el investigador

«En España, la tendencia es buena, ha habido un boom brutal y desde GBIF España se está apostando mucho por el proyecto Natusfera , y se han organizado diversas jornadas sobre ciencia ciudadana en diferentes comunidades autónomas», ha subrayado Claramunt.

Uno de los proyectos de ciencia ciudadana: Natusfera CREAF

Sin embargo, advierte de que existe un problema de recursos: «Faltan elementos técnicos y la necesidad de crear nuevas bases de datos», así como que «se permita que las diferentes plataformas y proyectos de ciencia ciudadana se puedan comunicar, y que tengan un lenguaje común para armonizar y estandarizar el tipo de datos que se recogen», concluye el invesigador.

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