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Estos son los motivos de la agresividad durante la conducción

Se reacciona con mucha agresividad por razón de sexo contra las mujeres, contra los conductores noveles y contra los conductores más mayores

MADRID Actualizado: Guardar
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La mayoría de las personas que se ponen al volante con frecuencia se definen a si mismas como «buenas conductoras». La calidad de conducción mejora con la experiencia, pero el paso del tiempo también provoca la adquisición de malas costumbres, algunas causantes de malestar en el resto de usuarios.

Entre esas malas costumbres está la «agresividad en la conducción», que se define como «cualquiera de las formas en que de manera directa o indirecta tanto peatones como conductores provocan, perjudican o causan cualquier tipo de daño al resto de personas que circulan al mismo tiempo por donde fluye el tráfico.

En situaciones de mucho tráfico, cuando son numerosos los conductores que interactúan al mismo tiempo, es cuando se da un incremento de conductas agresivas.

Pero estas conductas no son algo nuevo. Coexisten con nosotros desde los inicios de los tiempos, en otras circunstancias, pero nos acompañan desde antaño.

Los factores sociales determinan en gran medida esta agresividad. Las prisas, los ambientes ruidosos, multitud de personas en un reducido espacio, el estrés que nos acompaña a diario. Todas estas son situaciones que incrementan nuestra agresividad, y más al volante, según los expertos de LegalCar.

Se podría decir que existen dos causas por las que esta agresividad se incrementa. Cuando se conduce un automóvil, sin ser conscientes de ello, en nuestro foro interno confluyen muchos mecanismos psicofisiológicos que nos serán útiles para fortalecer la capacidad para poder reaccionar a tiempo ante una adversidad cuando estamos al volante. Pero al mismo tiempo nuestra violencia se puede ver incrementada, sobre todo si tenemos en cuenta que esas acciones violentas, en un gran número, quedan impunes y sin castigo, por el anonimato del que disponemos en el interior de nuestro automóvil que a su vez nos permite marcharnos tras esta situación.

Muchos de los elementos que influyen en las reacciones violentas al volante tienen que ver con los estereotipos. Por ejemplo, se reacciona con mucha agresividad por razón de sexo contra las mujeres, contra los conductores noveles y contra los conductores más mayores.

Además se reacciona violentamente contra personas de otra raza o vestimentas diferentes a la nuestra. Si unimos éstos factores como la prisa, el estrés o el consumo de sustancias, se incrementa en mayor medida la agresividad vial.

No reaccionamos de la misma forma contra otro conductor que ha estado a punto de darnos un golpe en el coche dependiendo de la causa que lo haya originado. Es decir, no da igual si ha estado a punto de golpearnos por evitar un atropello o si se ha distraído por hablar por móvil mientras conducía.

En la conducción todo influye. Por ejemplo, si realizas un adelantamiento e invades el carril rápido, provocando un frenazo del conductor que circulaba por éste, pero te disculpas tras ello haciendo un gesto con la mano, se reduce la pòsible respuesta agresiva del conductor al que has pedido disculpas. Por el contrario, la respuesta agresiva se verá incrementada si invades el carril y haces caso omiso del conductor al que has obligado a frenar. La agresividad vial en esos casos puede ir en aumento hasta situaciones insospechadas. Por tanto, debemos ser cautos e intentar reducir nuestra agresividad al volante.

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