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Probamos el Carens, el monovolumen familiar de KIA

Con una estética poco llamativa, pero que se aleja de los típicos coches familiares con unas lineas más deportivas

Probamos el Carens, el monovolumen familiar de KIA patxi fernández

a.f.vergara

El salto de calidad dado por Kia es una realidad hace ya unos cuantos años. Uno de los modelos que ha dejado de ser hace tiempo un monovolumen low-cost para ofrecer lo último en diseño y tecnología es el Carens. Un modelo que hemos probado esta semana y que podemos elegir en su configuración de cinco o siete aplazas y con 3 motores, un gasolina 1.6 GDI de 135 CV, y dos turbodiésel 1.7 CRDi de 115 y 136 CV respectivamente. Una amplia oferta que perfectamente se puede adaptar a las necesidades y usos de una familia media que necesite de un vehículo de estas características.

El Kia Carens es un modelo totalmente actualizado y su diseño estilizado rompe totalmente con el aspecto más utilitario del modelo que lo precedió. Con una longitud de 4,5 metros, el nuevo Carens es 20 mm más corto, 15 mm más estrecho y 40 mm más bajo que el modelo de la generación previa. Su altura total (1610 mm) es la misma que la del Kia Soul y es una de las menores de su categoría, lo que le da una apariencia más deportiva. Como pega al diseño, quizás los laterales del marco del parabrisas delantero nos limita un poco la visibilidad cuando miramos hacia la derecha e izquierda.

El renovado Kia Carens es un monovolumen compacto cuyo diseño e ingeniería se han realizado a partir de una hora en blanco. El diseño contemporáneo se subraya con sus luces LED para marcha diurna de serie y la combinación de ópticas traseras tipo LED. Las posibilidades tecnológicas se completan, según versiones, con elementos como el control de velocidad con limitador estándar en todos los modelos. Y opciones como el freno de estacionamiento eléctrico, llave inteligente con botón de arranque y parada del motor, un sistema de audio con seis altavoces y opcionalmente amplificador y altavoz de graves, iluminación en las manillas exteriores de las puertas y un gran techo solar panorámico y eléctrico también opcional .

Pero lo que más valoramos en un monovolumen es su capacidad, tanto para los pasajeros como para equipajes. Y en estos dos aspectos si el coche no obtiene un diez no se puede decir que sea porque los ingenieros de Kia no lo han intentado. Sobresalientes las plazas delanteras, acompañadas de una instrumentación muy intuitiva y unos acabados muy buenos. En las plazas traseras, tres butacas independientes y una muy respetable distancia de las rodillas respecto a los respaldos delanteros. Un maletero de 555 litros ampliables abatiendo los asientos, con una superficie plana y un doble fondo en el que podemos guardar todo tipo de objetos y, por ejemplo, la bandeja posterior.

En cuando a las cuestiones económicas, no menos importantes, el modelo diesel de 136 CV que hemos probado tiene un consumo oficial medio de 4,9 litros en carretera hasta los 6,1 en ciudad. En la práctica, nosotros hemos logrado una media combinando ambos recorridos de 5,5 litros a los 100, lo que no está nada mal.

Y a la hora de comprar el coche, con las actuales ofertas, la horquilla va desde los casi 14.000 euros del modelo gasolina hasta los algo más de 23.000 del diesel de la prueba.

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