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BMW i3 REX: 300 km sin recargar son factibles

Ya es posible hacerse con un eléctrico de BMW que nos nos deje «tirados» al cabo de un centenar de kilómetros, con la angustia consiguiente. Se trata de la versión REX del i3, equipada con un pequeño motor bicilíndrico que actúa como generador para suministrar energía a la mecánica eléctrica que mueve el vehículo. Sepa cómo funciona.

BMW i3 REX: 300 km sin recargar son factibles

El BMW i3 REX, o Range Extender, es la alternativa eléctrica de autonomía extendida en el novedoso eléctrico i3 , del que hace unos meses realizábamos una prueba en estas líneas (véase este vídeo ). Se pueden apreciar detalles de estos vehículos accediendo a esta galería de imágenes .

Con un precio 4.490 euros superior al del i3, su singularidad reside en la inclusión de un motor de gasolina destinado a aumentar la autonomía total. Es decir, no mueve las ruedas, pues su misión es cebar directamente al propulsor eléctrico, no cargar la batería de éste.

El bloque de gasolina, bicilíndrico y procedente de la gama motera de la marca, actúa de forma automática cuando a la batería le queda un 3/4% de carga. Funciona bajo demanda, lo que varía el régimen de trabajo: por encima de 100 km/h apenas se escucha, pero por debajo de esa cota se aprecia con nitidez (en parado con un cascabeleo que recuerda a los compresores de los grupos electrógenos).

Desde un menú de la pantalla central se puede forzar su funcionamiento para mantener la carga de la batería, por ejemplo si se va a necesitar ir en posicion eléctrica más adelante, o ante un largo viaje.

Menor rendimiento

Lo dicho, el sistema actúa por su cuenta cuando la batería del motor eléctrico se vacía. Si lo hace del todo las prestaciones disminuyen tras desconectarse, de paso, la climatización. Entonces no superará los 110 km/h, frente a los 150 que permite en condiciones de circulación óptimas.

Sin embargo, y como el i3 REX autoriza la puesta en marcha del motor de gasolina cuando la carga de la batería baja del 75%, se puede viajar a unos 120 km/h con climatización para completar aproximadamente 300 km parando dos veces a llenar el tanque de sin plomo 95 (de 9 litros de capacidad), con un remanente eléctrico puro de 30 km. Por cierto, la toma del tanque de gasolina va situada en la aleta delantera derecha, mientras que la boca de la toma eléctrica queda en la aleta trasera de ese flanco.

No hay más cambios entre ambos i3 , salvo en la instrumentación del i3 REX, que como la del eléctrico puro y duro es digital, pero que en este caso muestra indicaciones del nivel de carburante y de la autonomía eléctrica y conjunta.

Fácil de llevar

El i3 es un coche fácil de coducir, pero con matices. De entrada, la retención de su mecánica eléctrica es muy acusada, tanto que a cierta velocidad, y al ahuecar el pie del acelrador, enciende por sí solo las luces de freno. Esto tiene su punto positivo, pues en muchas situaciones no hace falta frenar... y un reverso: obliga a llevar el pie sobre el acelerador de continuo.

Con transmisión automática de una marcha, basta sentarse, pulsar el botón de encendido y, con el freno pisado, seleccionar la posición de avance (D) o retroceso (R) en un grueso brazo anclado a la derecha de la columna de dirección para que comience a moverse con todo mutismo, una vez liberado el freno de estacionamiento eléctrico (un botón sobre la consola). La aceleración desde parado e incluso el reprís son sobresalientes.

Sus llantas son de gran diámetro, nada menos que 19 pulgadas, pero sus neumáticos son apreciablemente estrechos: 155/70 y 175/65 en los ejes anterior y posterior (el de tracción), respectivamente. Sin embargo, al llevar la batería del motor eléctrico en el centro del bastidor, bajo el piso del habitáculo, la pisada del estrecho i3 REX se siente aplomada, lo que limita inclinaciones en curvas. Y es cómodo, salvo si rebasa baches o guardas tumbados acusados. Por su parte, la direccion es suave y precisa.

Resta hablar del habitáculo en un coche con un pequeño maletero tipo utilitario que puede dotarse de multitud de elementos para personalizarlo a placer, aunque sin ir más lejos traiga navegador de serie. Pues bien, admite a cuatro adultos de talla media sin mayor estrechez.

Accecer a las plazas traseras, como cabe apreciar en las imágenes, obliga a abrir las puertas delanteras (con ventanillas eléctricas sin marco) para luego hacer lo propio con las traseras (con ventanillas fijas), que como se ve lo hacen en sentido opuesto a la marcha; si se precisa, los respaldos anteriores son abatibles. Atención al prominente herraje que las ancla, en el borde del techo: es fácil darse con él a nada que nos despistemos al entrar o salir.

A su vez, las banquetas posteriores van ligeramente sobreelevadas, lo que facilita la visibilidad. Y el acabado es muy bueno, pese a contar con piezas procedentes de materiales reciclados.

¿Merece la pena? Teniendo en cuenta que el monovolumen convencional de la marca, el Serie 2 Active Tourer , se planta en 30.300 euros con mecánica diésel de 150 CV (218d), la verdad, se hace cuesta arriba valorar el singular i3 REX como alternativa real de compra. Y es que, junto a sus limitaciones mecánicas, carece de la amplitud, la habitabilidad (solo 4 plazas) o la versatilidad de aquel. Además, recargarlo en el enchufe de casa exige diez horas, aunque, eso sí, hacerlo solo nos costará unos 4 euros para completar 150 km...

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