Hazte premium Hazte premium

Range Rover Evoque eD4 vs. TD4, con dos basta

En esta ocasión comparamos un mismo motor y dos tipos de tracción: delantera o total automática. El cambio es manual en ambos casos y las prestaciones muy similares, como el gasto, que con todo favorece a la primera. De hecho, solo la conducción cotidiana sobre firmes resbaladizos justifica la segunda.

Range Rover Evoque eD4 vs. TD4, con dos basta

Es cierto: por una diferencia de 2.000 euros habrá quien ni se piense la alternativa Evoque de tracción total TD4 (más detalles accediendo a esta galería de imágenes ) frente a la más económica de impusión solo anterior eD4, pero hay aspectos a favor y en contra de una y otra.

Comenzando por el Evoque de tracción total, el TD4 (sus valores en la ficha técnica sobre estas líneas figuran entre paréntesis), cuenta con un sistema mediante embrague multidisco que distribuye la fuerza entre ejes según el agarre puntual, incluso al arrancar en un semáforo. Integra Terrain Response, que permite modificar las capacidades del vehículo según el terreno, y además con buenos resultados. En su última edición, la arquitectura de tracción se denomina Active Driveline y transmite el 100 por cien del par motor al eje delantero si supera 35 km/h y la adherencia es óptima, hasta que detecta pérdidas de agarre. Entonces desvía una parte de la fuerza disponible al eje trasero en 300 milisegundos. También incluye un diferencial electrónico que reparte la fuerza del motor entre las ruedas del eje trasero.

Eficaz, pero…

De otro modo, un sistema de lo más eficaz para circular sobre firmes resbaladizos, como carreteras aledañas a estaciones de esquí o accesos embarrados a casas de campo. No hay reductora, de modo que aunque exhibe buenos ángulos de aproximación, salida y ventral (25, 33 y 22 grados en cada caso), 21,5 cm libres al suelo y capacidad para afrontar vadeos de hasta medio metro de altura, las complicaciones todoterreno tampoco deben ser excesivas. No es un 4x4 puro, vaya.

Aquí sobrevendrán las dudas para más de uno: si nuestro Evoque va a ser para uso mayoritariamente rutero, como el de cualquier turismo aún en formato SUV, ¿para qué la tracción total? Porque inevitablemente apareja una adquisición y un seguro más gravosos, un consumo superior (alrededor de medio litro más cada 100 km de media real, unos 8 l/100 km por 7,5 en el eD4), más gasto de neumáticos y desgaste de elementos mecánicos de transmisión, algún día susceptibles de dar problemas, sobre todo haciendo un uso campero del coche.

Es decir, la diferencia entre uno y otro Evoque bien puede quedarse en nuestro bolsillo o destinarse a la adquisición de algunos extras que no le irán mal, pues el equipamiento de las versiones de acceso Pure que han recalado en nuestras manos es más bien justito: 4 elevalunas, llantas de 17 pulgadas, Bluetooth, control de velocidad, volante de cuero multifunición, climatizador doble o cierre con mando son estándar. Pero algunos tan aparentemente lógicos como los sensores de lluvia y crepuscular, los faros de xenón (800 euros en modelos que acarician los 40.000), la alarma y hasta el reposacabezas trasero central (50 euros), los faros antiniebla (320 euros) o las alfombrillas (140 euros) van aparte.

Hay otra forma de verlo: podemos decorar o personalizar nuestro Evoque hasta el «infinito», con elementos tan interesantes como la cámara para maniobrar (440 euros), el sensor de parking frontal (410 euros) y otros muchos ya de capricho, como el techo solar, la pintura bicolor, el volante calefactado, tapizados de cuero de vivas tonalidades, llantas de hasta 19 pulgadas, audio Hi-Line de 380 watios... Es más, la marca cuenta hasta con una boutique para «vestir» en origen su exitoso modelo. Y, además, la terminación es excelente, con ajustes y materiales de alta calidad, hasta en estos «espartanos» Evoque.

Correcto

Mecánicamente, nuestros protagonistas se sirven de un propulsor de gasóleo 2.2 de 4 cilindros y 150 CV, que con tracción delantera ofrece un par límite de 380 Nm y con tracción total 400. Como el último es algo más pesado (75 kg), la sensación de fuerza y empuje viene a ser igual, si bien las prestaciones puras favorecen al TD4.

En cualquier caso, este propulsor, compartido por el Land Rover Freelander 2 , no particularmente ruidoso y bastante progresivo, ofrece maneras suficientes, no de «misil» para adelantar de forma trepidante, pero sí correctas hasta viajando moderadamente cargados. Además, el cambio manual de serie, con 6 marchas, está bien escalonado, no resulta muy «pesado» de accionar y exhibe un guiado bastante técnico. Eso sí, el TD4 se puede pedir con un recomendable cambio auto secuencial de 9 relaciones (39.350 euros).

Por cierto, el Evoque es más amplio de lo que invita a pensar su exterior: incluso admite, llegado el caso, a 5 ocupantes, si bien, y como siempre, 4 será el número ideal para afrontar un largo trayecto. Además, ofrece un considerable maletero básico de 575 litros, eso sí, con kit para reparar pinchazos y no con rueda de repuesto (opcional, resta algo de capacidad).

Ni que decir tiene, ofrece un notable dominio visual del entorno desde el puesto de conducción, con todos los mandos bien situados y de tacto muy agradable. A cambio penaliza la vista hacia atrás por la acusada y «coupé» caída del techo y su ascendente cintura.

Es, en fin, un modelo cómodo y agradable de conducir, llamativo a ojos del público español (sin duda, es el Range de moda y en el que se han mirado sus «hermanos mayores» ), de dirección precisa (poco más de 2,5 vueltas de volante entre topes), con buena capacidad para maniobrar (11,3 metros de diámetro de giro) y frenos tan mordaces como dosificables. Un acierto, sobre todo en versión eD4.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación