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lecciones de periodismo

Jill Abramson: «Hay que trabajar por convertirse en los mejores cuentacuentos»

La exdirectora de The New York Times defiende en una conferencia en Madrid que el Periodismo debe obsesionarse por las buenas historias, no por si sobrevive el papel o la web

Jill Abramson: «Hay que trabajar por convertirse en los mejores cuentacuentos» abc

alejandro carra

«Cuentacuentos», eso es lo que debemos ser los periodistas. O al menos eso es en lo que tenemos que intentar convertirnos, según Jill Abramson, exdirectora del prestigioso « The New York Times ». «Cuando me ficharon, fue por mi capacidad para contar historias en profundidad. Sigue habiendo un enorme público que anhela las buenas historias», explica Abramson en una charla magistral sobre la importancia de la narrativa impartida en la Fundación Rafael del Pino en Madrid, en el marco de la tercera edición de « Conversaciones con ...», una serie de encuentros organizados por la Facultad de Periodismo de la Universidad de Navarra.

Ante un audiotorio abarrotado, Abramson defendió con vehemencia el arte de la narración, de no olvidar nunca que a la gente, por mucho vértigo que impongan las redes sociales o las nuevas tecnologías, le gusta que le cuenten bien las cosas. Si este oficio lleva sobreviviendo siglos es gracias a la capacidad de sus redactores, de sus narradores, para seducir a los lectores con excelentes relatos.

Anhelo por las buenas historias

«Hay que mirar al pasado, cuando en 1840, en Inglaterra, los londinenses se arremolinaban esperando la llegada de la última entrega de la vieja tienda de antigüedades de Charles Dickens para saber de las vicisitudes de la pequeña Nell. Ese anhelo del lector porque le cuenten historias es el que ha vuelto a hacer que en Estados Unidos se haya recuperado algo tan popular en el Periodismo como eran los seriales. Eso sí, ahora colgados en podcasts o en formato multimedia», cuenta Abramson.

«La obsesión debe ser el Periodismo de calidad»

Se trata de «aprovechar historias reales, de sucesos, de aventuras, de catástrofes para contar las consecuencias del cambio climático», o también la realidad política de un país o la corrupción de sus instituciones, continúa explicando la exdirectora del New York Times mientras recuerda los trabajos de largo formato en su periódico sobre la corrupción de los familiares del Partido Comunista en China, la avalancha mortal que sorprendió a 16 esquiadores en las montañas del Estado de Washington en 2012 o la vida de Dasani , una niña sin hogar en Brooklyn».

«Dicen que los lectores tienen problemas de atención, que están absorbidos por los móviles, por internet, por las redes sociales y que hay que ofrecerles piezas breves, que no les lleven mucho tiempo. Y es cierto. Pero también lo es que quieren historias buenas. Por eso hay que trabajar para que los periodistas sean los mejores cuentacuentos del mundo». Por eso, al consejo requerido por un periodista de un «modesto diario local de Barcelona» durante la ronda de preguntas, Jill Abramson responde sin dudar: «¡Cuenta historias maravillosas de Barcelona, cuenta historias de tu ciudad que ningún otro medio tenga y que los lectores solo encuentren en tu periódico! La obsesión debe ser el Periodismo de calidad, no si sobrevive el papel o la web».

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