Los diez edificios más singulares de Madrid
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Los diez edificios más singulares de Madrid

Cada uno con su estilo (neoclásico, modernista, francés) son las construcciones de las que más se enorgullecen los madrileños

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Cada uno con su estilo (neoclásico, modernista, francés) son las construcciones de las que más se enorgullecen los madrileños

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  1. Banco de España

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    En pleno centro de la Villa de Madrid, la sede central del Banco de España es uno de los edificios más característicos de la ciudad y una de las mejores representaciones de la arquitectura española del siglo XIX y comienzos del XX. Actualmente, este edificio cuenta con una superficie construida total de 4.736 metros cuadrados, con cuatro plantas y cuatro sótanos. Pero no fue así desde sus inicios, ya que ha sufrido diferentes modificaciones y ampliaciones.

    El edificio actual se adquirió en 1882 al marqués de Alcañices, era su un palacio situado en la calle de Alcalá con vuelta al Paseo del Prado. Los arquitectos Sainz de la Lastra y Adano que, tras estudiar los edificios de otros bancos europeos, realizaron un proyecto definitivo para albergar la sede del Banco de España, cuya primera piedra se puso el 4 de julio de 1884, en un acto al que asistió el rey Alfonso XII. El monumental edificio fue inaugurado en 1891.

    La última ampliación es de 2006, que se inauguró con la celebración del 150 aniversario del nombre Banco de España. Se mantuvieron los principios básicos de la idea original, basados en la continuidad de las fachadas de Alcalá y el Paseo del Prado; pero se introdujeron algunas variaciones arquitectónicas que enriquecieron el conjunto, respetando en todo momento lo ya existente. Hoy su fachada da a las calles y zonas más transitadas como la Plaza de Cibeles, a la Calle de Alcalá, al Paseo del Prado, a la Calle de los Madrazo y a la Calle del Marqués de Cubas.

  2. De convento a sede de las leyes de la nación

    jaime garcía

    El Congreso de los Diputados no es sólo una de las construcciones más emblemáticas de Madrid, sino también de España. Donde ahora se discute y elaboran las leyes del país se encontraba antaño el convento del Espíritu Santo, de la Orden de Clérigos Menores, el cual sufrió un grave incendio en 1823.

    En el solar que quedó, la reina Isabel II puso la primera piedra de este edificio, cuya inauguración tuvo lugar el 31 de octubre de 1850. Otra de las construcciones que ha sufrido diversas ampliaciones a lo lago de la historia.

    La fachada principal se encuentra en la Carrera de San Jerónimo, es lo más conocido y constituye una de las obras maestras del neoclasicismo español, a pesar de que fue contruida tardíamente, a mediados del siglo XIX. En la entrada monumental, hay un gran pórtico de seis columnas de estilo corintio que soportan un frontón triangular, decorado por un bajorrelieve representando a España con la Constitución, acompañada a ambos lados por imágenes que idealizan la Fortaleza, la Justicia, el Valor, las Ciencias, la Armonía, las Bellas Artes, la Agricultura, el Comercio, los Ríos, la Abundancia y la Paz. El pórtico protege las puertas de bronce que sólo se utilizan cuando el Rey realiza la solemne apertura de sesiones del Congreso. La entrada de uso habitual se encuentra en un lateral del edificio, en la calle Floridablanca.

    La escalera del pórtico está flanqueada por los icónicos más conocidos y emblemáticos del edificio: dos monumentales leones, obra de Ponciano Ponzano, fundidos en 1866, con los cañones capturados al enemigo en la Guerra de África de 1860. La cultura popular los ha nombrado como Daoíz y Velarde, en honor de los dos capitanes insurrectos muertos durante el levantamiento del dos de mayo 4.

  3. El Círculo de Bellas Artes

    archivo abc

    Desde su fundación en 1880 el Círculo de Bellas Artes de Madrid siempre ha estado ligado a la difusión de la cultura. Su actual sede fue un proyecto encargado al arquitecto Antonio Palacios y se encuentra ubicada en pleno centro, junto a otras construcciones emblemáticas como el Palacio de Comunicaciones, el Banco Central en la propia calle de Alcalá o el Palacio de Maudes, entre otros. Fue inaugurado por Alfonso XIII el 8 de noviembre de 1926 con una exposición de pinturas de Ignacio Zuloaga en la Sala Goya.

  4. Un rascacielos que modernizó la ciudad

    ignacio gil

    Con sus casi 90 metros de altura, el edificio de Telefónica situado en plena calle Gran Vía, ha sido reconocido como el primer rascacielos en Europa y como el edificio más alto de todoel continente. Contribuyó a dar a Madrid un aire moderno y cosmopolita que ha perdurado hasta nuestros días.

    El 1 de enero de 1930 se dieron por finalizadas las obras de este edificio. Un proyecto que realizó Luis Ignacio de Cárdenas, el arquitecto de la compañía Telefónica, quien lo finalizó en un plazo de tres años, siguiendo los parámetros de los grandes rascacielos norteamericanos. Entonces albergaba 1.800 empleados.

    Uno de sus momentos más críticos fue durante la Guerra Civil cuando fue bombardeado por ser un objetivo prioritario, tanto por su altura, por su cercanía a la línea del frente y por tratarse del centro de comunicaciones. Ha sufrido diferentes modificaciones a lo largo de sus 80 años de historia, y sigue conservando ese espíritu moderno original y que da un valor añadido a la gran ciudad.

  5. Plaza de toros de las Ventas

    fotolibre.org

    Madrid quería tener una plaza de toros permanente y desde la primera que se construyó —de madera y forma circular— en 1749 hasta la actual Monumental de las Ventas, su sede ha sufrido muchos cambios de ubicación. El ruedo que hoy se conoce en Ventas se inauguró en 1934 y es considerado un «bien de interés cultural con categoría de Monumento histórico-artístico».

    Diseñada para una capacidad de 20.000 espectadores, aunque finalmente ese número ha aumentado a 23.798, es un edificio moderno, de fachada de ladrillo visto, con decoraciones de cerámica que representan los escudos de todas las provincias españolas. Existen 18 puertas de acceso al recinto, destacando 4 de ellas: la Puerta de Madrid (popularmente conocida como Puerta Grande), la Puerta de Caballos y la Puerta de Arrastre, que dan acceso a los patios de caballos y de arrastre o desolladero, respectivamente, y la Puerta de los Reyes de España, la Familia Real y las autoridades políticas.

  6. Los misterios del Palacio de Linares

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    Pocas construcciones han reunido tanta literatura e historias sobre el mundo sobrenatural como el Palacio de Linares, hoy sede de la Casa de América, ubicado en el paseo de Recoletos frente a la plaza de Cibeles. En esta finca se encontraban antes los antiguos Molinos de Plata y del Pósito Real de Madrid.

    Su arquitectura limpia, obra de Carlos Colubí, Adolf Ombrecht y Manuel Aníbal Álvarez, hecha con piedra caliza, guarda un interior rico en lámparas y bronces de París, cristales de Amberes, alfombras de la Real Fábrica de Tapices y de la Fundación de Gremios y una selecta colección de pinturas de artistas de la talla de Francisco Pradilla, Manuel Domínguez y Alejandro Ferrant, entre otros.

  7. El Casón del Buen Retiro: fue sede de «El Guernica»

    jaime garcía

    El casón del Buen Retiro es uno de los pocos edificios del complejo palaciego del Buen Retiro que han sobrevivido al paso de los años. Fue concebido como un Salón del baile para Felipe IV. Prácticamente sólo conserva de su origen en la decoración la obra del pintor napolitano Luca Giordano, quien pintó la Alegoría del Toisón de Oro en la bóveda del edificio.

    Desde 1971 es uno de los edificios que conforman el Museo del Prado, y durante décadas ha albergado más de 3.000 cuadros de colecciones de pintura del siglo XIX. Entre ellas, una joya en la pintura española: «El Guernica», de Pablo Picasso. El Casón, tras años de obras, se ha reabierto como Centro de Estudios del Museo en 2009, reubicando las colecciones que ha guardado en la sede principal del Prado gracias a la ampliación de Rafael Moneo.

  8. La inspiración francesa en Metrópolis

    Quizá sea uno de los edificios que también más caracterizan Madrid, y seguro que uno de los más fotografiados. De inspiración francesa, se encuentra en la esquina de la calle de Alcalá con la Gran Vía. Es la sede la compañía de seguros La Unión y el Fénix que terminó esta construcción en 1910.

    Si hay algo que destaque por encima de todo lo demás de este magnífico edificio, y que además supone el elemento arquitectónico más conocido, es la cúpula de pizarra con incrustaciones doradas, que corona la torre circular. La cúpula por su semejanza con el casco de los bomberos se denomina «estilo Pompier» (bombero en francés). Originariamente, soportaba el símbolo de la compañía, una estatua alegórica de bronce del Fénix sobre el cual había una figura humana con el brazo alzado representando a Ganímedes

  9. La Biblioteca Nacional

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    La sede central de la Biblioteca Nacional de España, situada entre el paseo de Recoletos y la calle de Serrano, alberga gran parte de la colección y el fondo más valioso de la misma, de un valor incalculable: libros incunables, grabados, partituras musicales, manuscritos, rarezas editoriales y multitud de documentación impresa.

    Junto a la plaza de Colón, se alza este majestuoso edificio de estilo neoclásico y planta rectangular, cuya construcción comenzó en 1866 y concluyó en 1892, coincidiendo con el IV centenario del Descubrimiento de América.

    Destaca su amplia escalinata exterior y su fachada principal, con un pórtico de estilo corintio, de frontón rectangular rematado por unas esculturas del artista Agustín Querol que representan el Triunfo de las Letras, las Ciencias y las Artes. Al lado de este edificio se levanta la sede del Museo Arqueológico Nacional.

  10. La casa de los Creadores

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    Es uno de los más significativos ejemplos de arquitectura modernista que existen en nuestro país y el más singular de cuantos todavía perviven en la capital. No es de extrañar que los madrileños se sientan orgullosos de lo que fue el palacio residencial y con oficina de trabajo de Francisco Javier González Longoria, un político y financiero muy en la sociedad de principios del siglo XX.

    Enclavado entre las calles de Fernando VI y Pelayo, en el barrio madrileño de Justicia, alberga desde el año 1950 la sede central de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Destaca la escalera principal, sin duda la pieza más delicada y espectacular de todo el inmueble, cubierta por un interesantísimo lucernario cenital de vidrio emplomado. Pero también son destacables las galerías acristaladas, las fachadas (exterior e interior) con su diseño y ornamentación, el jardín interior o el salón de actos (Sala Manuel de Falla), en el que se celebran regularmente actos de carácter cultural.

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