Lo que debes hacer para aprobar la selectividad en septiembre
ABC te proporciona una serie de consejos para que, esta vez sí, consigas superar la tan temida prueba
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No porque se repita muchas veces deja de ser verdad. Antes de afrontar la Selectividad es importante haber descansado bien la noche anterior. Si el repaso del día de antes no te deja dormir las ocho horas habituales, asegúrate de que al menos duermas seis.
También hay que tener en cuenta que la selectividad es una carrera de fondo que dura cuatro días. Hay que asegurarse de que quedan energías en la reserva. Si llegas exhausto al final del primer día, lo más probable es que te hundas estrepitosamente en los siguientes.
Llega pronto y con toda la documentación
Más vale que sobre a que falte tiempo. Asegúrate de que llegas al centro donde vas a hacer los exámenes con tiempo suficiente por si sucede cualquier imprevisto. Revisa antes de salir que llevas el DNI y los bolis necesarios para completar los exámenes.
Probablemente ninguno de estos problemas sean irrreversibles, pero te crearán unos nervios que son, precisamente, lo que menos necesitas en ese momento.
Repasa con los compañeros
Aunque cada maestrillo tiene su librillo, en general es mejor que, antes del examen, hagas el repaso previo con tus amigos. Verbalizar lo que sabes te hará ganar confianza y seguridad antes de las pruebas. Y, si tienes alguna laguna o duda, ¿quién mejor que ellos para solucionártela?
Distribuye bien el tiempo
Una vez te hayan repartido el examen, es importante que decidas bien que opción hacer. Una vez elegida, dedica cinco minutos a hacer una pequeña previsión de cuánto tiempo emplearás en cada pregunta. Intenta ceñirte a él y deja cinco minutillos para un posible retraso.
Empieza por las preguntas más fáciles
Al ir a responder las preguntas, te aconsejamos que empieces por las más sencillas. Irás ganando seguridad a medida que las vayas respondiendo y veas que el examen no es tan difícil como creías. Así afrontarás también con más confianza las cuestiones más complicadas.
Y, por si con estas necesitarás más tiempo del que creías, el retraso no perjudicará al resto del examen.
Repasa antes de acabar
Es más importante de lo que la gente se cree. Acuérdate de que las tildes y los fallos ortográficos restan puntos. Con que detectes una sola probablemente ya te compense más el tiempo invertido que si lo hubieras dedicado a rematar aquella respuesta que no te ha quedado como esperabas.
No compares la respuestas
Una vez salgas, el examen ya es Historia y no merece que le dediques un minuto más de tu tiempo. Ya es demasiado tarde para cambiar nada. Lo único que conseguirás si comparas tus respuestas con las de tus compañeros será que te entre la inseguridad para el siguiente examen.
Mantén la cabeza fría
Si un examen te ha salido mal o te han preguntado lo que peor te venía, no pasa nada. Como ya hemos dicho, esto es una carrera de fondo y cada prueba no es sino una etapa. Si en una has tenido mala suerte, llegará otra en la que tengas mejor fortuna. Pero lo peor que puedes hacer es desanimarte.
Aliméntate bien
Vas a necesitar energías. Para tenerlas, necesitas comer. Además, hay una serie de alimentos que pueden ayudarte. La nuez, con alto contenido en fósforo, es especialmente recomendada para cualquier actividad intelectual. Las almendras y los plátanos también te ayudarán con la memoria y la concentración.
Tranquilidad
Ante todo y pase lo que pase, mantén la calma. Nervioso, las cosas siempre salen peor. Cerca del 90% de los estudiantes consigue aprobar el examen y no hay ningún motivo para que tú no estés entre ellos.