Los diez «tesoros» del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
Peña del Arcipreste de Hita, en Guadarrama - abc
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Los diez «tesoros» del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama

Hoy se cumple un año desde la aprobación de este espacio natural, el primero de su categoría para Madrid. Recorremos diez de sus lugares fetiche

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Hoy se cumple un año desde la aprobación de este espacio natural, el primero de su categoría para Madrid. Recorremos diez de sus lugares fetiche

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  1. Peña del Arcipreste de Hita: en recuerdo al Libro del Buen Amor

    Peña del Arcipreste de Hita, en Guadarrama
    Peña del Arcipreste de Hita, en Guadarrama - abc

    En la base de la Peña del Arcipreste de Hita se han cincelado, en pura roca, versos de su Libro del Buen Amor. Los miembros de la Real Academia de la Lengua así lo hicieron en 1930, en el sexto centenario de obra de Juan Ruiz.

    La Peña, a 1.550 metros de altura, tiene una vista extraordinaria con los bosques de Guadarrama y del Monte Abantos al frente. Estamos en un enclave declarado Monumento Natural de Interés Nacional al que se reconoce su importancia cultural, histórica y estratégica.

    A los pies de la Peña, el caminante encontrará una oquedad. Allí hay una caja y, en ella, un ejemplar del Libro del Buen Amor además de cuadernos donde se pueden dejar escritos pensamientos, testimonios y reflexiones. El lugar invita a todos ellos y evoca las andanzas del Arcipreste por las tierras segovianas.

  2. Miradores de los Poetas: tocando el cielo

    Miradores de los poetas (Cercedilla)
    Miradores de los poetas (Cercedilla) - abc

    Cuentan expertos e historiadores que en las tierras de Guadarrama no hay montañas más glosadas por los poetas como estas. Primero fue el Arcipreste de Hita. Le siguieron, entre otros, el Marqués de Santillana, Jovellanos y, ya más cerca, Hemingway, Ortega y Gasset, Camilo José Cela, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre.

    Situémosnos en el entorno de los Miradores de los Poetas. Abren la subida a la Fuenfría, en Cercedilla. Por delante, 1.700 metros hasta que parece tocarse el cielo. Es el camino utilizado, en julio de 1883, por los primeros guadarramistas en su marcha hacia La Granja.

    Hay miradores dedicados a la memoria de los literaros ya citados. La vistas, espectaculares, con Siete Picos a la izquierda y Abantos al fondo. Eso sí, la mayor parte del trazado discurre por cómodas pistas y veredas bien señalizadas en medio de pinares y ejemplares vegetales como los tejos y los acebos.

    La senda de los Miradores coincide, en algunos tramos, con la antigua calzada romana, una vía que comunicaba Titulcia (Madrid) con Segovia a través de la Sierra de Guadarrama y que data del siglo I después de Cristo.

  3. El Paular: rezos, gótico y recogimiento

    Monasterio de Santa María del Paular (Rascafría)
    Monasterio de Santa María del Paular (Rascafría) - abc

    La construcción del monasterio se inicio en 1390 por Juan I de Castilla. Cuatro siglos fueron necesarios para concluirlo. De ahí, la mezcla de estilos: gótico, renacentista, barroco y flamenco. Su actividad religiosa quedó interrumpida con la Guerra de la Independencia y la desamortización de 1835. En el año 1954 el Estado ofreció el monasterio a los monjes benedictinos de la Rioja, alguno de cuyos miembros todavía viven entre sus muros.

    Famoso es el Puente del Perdón, en el exterior. Un paso que permitía a los monjes cruzar el río Lozoya para llegar hasta el molino de papel de Los Batanes, de donde salió el material con el que se imprimió, en 1605, la primera parte de El Quijote. El puente actual (el original se hundió) es del siglo XVIII.

  4. Castillo de Manzanares, joya de la arquitectura militar

    Castillo de Manzanares el Real
    Castillo de Manzanares el Real - abc

    Muchas historias se han vivido entre sus muros. Desde leyendas a palacio residencial de la familia Mendoza, esta joya de la arquitectura militar del siglo XV fue el escenario de la firma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid, en el año 1983. Es monumento histórico artístico desde 1931.

    Hoy, rehabilitado y a disposición de turistas y visitantes, exhibe una importante colección de tapices del siglo XVII, todos ellos flamencos, realizados sobre cartones de Rubens.

  5. Macizo Peñalara, la otra joya de la corona

    Macizo de Peñalara, visto desde Rascafría
    Macizo de Peñalara, visto desde Rascafría - abc

    Muchos piden permiso a La Pedriza cuando hablan de Peñalara como el verdadero tesoro del parque nacional. Por eso, lo dejamos en dos ... O más, si hace falta.

    Sin lugar a dudas, el macizo de Peñalara es una de las joyas de la corona de Guadarrama. Aquí se disfruta de restos del glaciarismo cuaternario y de diversos procesos periglaciales actuales. En definitiva, una geomorfología que solo se explica si uno se para a imaginar los procesos ocurridos hace miles de años.

    A 2.428 metros sobre el nivel del mar, Peñalara es una de las áreas de montaña con mayor biodiversidad de anfibios. También es «residencia» de 107 especies de mariposas y enclave principal, en toda la Penísula Ibérica, de ecosistemas de alta y media montaña.

    En el término municipal de Rascafría, encontramos parajes de especial belleza como la Laguna Grande, la de los Pájaros o la de los Claveles.

  6. La Pedriza, granito y formas difìciles de igualar

    Granito puro en La Pedriza
    Granito puro en La Pedriza - abc

    Este paraíso de la escalada es un escenario granítico que infunde silencio y respeto. Domos, riscos, lanchares, crestones, pilancones, marmitas y tafonis compiten en belleza y originalidad. Dicen que sus orígenes y evolución corresponden a dos principios antagónicos: la resistencia y la debilidad, la dureza del cuarzo y la textura de la mica. Ambos minerales, bien aderezados con el feldespato, han obrado formas siniguales que los montañeros han bautizado con nombres como el Yelmo, Pájaro, la Cara de la Tortuga, el Indio, la Foca, la Esfinge o el Elefante.

    Estamos en uno de los lugares que no hay que dejar de visitar. En el centro instalado al efecto, el turista y el caminante obtendrán todo tipo de información sobre sus sendas, rincones, riscos y actividades. No se lo pierdan.

  7. Chorrera de San Mamés, 30 metros de cascada

    Agua y lanchares de piedra, en estado puro
    Agua y lanchares de piedra, en estado puro - abc

    En el termino municipal de San Mamés-Navarredonda, la Chorrera es una caída de agua pura y cristalina, en cascada, de más de 30 metros. El paseo se lleva tres horas, pero merece la pena. Siempre.

    La Chorrera se sitúa a 1.500 metros de altitud y está perfectamente señalizada desde el pueblo. Sube por un camino forestal hasta alcanzar una senda que concude directamente al punto de destino. Los que frecuentan este paraje advierten del cuidado que hay que tener con los lanchares de piedra porque el agua los hace especialmente peligrosos. Por lo demás, a disfrutar.

  8. Mirador de los robledos: el sitio «más bonito»

    Mirador de los Robledos y la brújula que señala los picos montañosos
    Mirador de los Robledos y la brújula que señala los picos montañosos - abc

    ¡Ven como hay más de una joya en este Parque Nacional! Para muchos, el Mirador de los Robledos es el sitio más bonito. Razón no les falta. Aquí se ubica un monolito en homenaje al guarda forestal. Las vistas, impresionantes. Se llega desde Rascafría. Y no se pierda la mesa de granito puro, en medio del mirador, con una brújula que va marcando los picos de la sierra que se tiene enfrente, con sus alturas incluidas.

    Cuentan que por aquí andaba la Casa de la Horca, lugar al que lleaban a los que habían logrado la clemencia en el Puente del Perdón, allá por el siglo XIV. El buitre negro, que lo ha convertido en su lugar preferido de nidificación, vuela orgulloso estos parajes llenos de vida y de misterio.

  9. Malangosto, puerto y romería agosteña

    Monumento en recuerdo del Arcipreste de Hita
    Monumento en recuerdo del Arcipreste de Hita - abc

    La romería del Puerto de Malangosto (Rascafría) es un acontecimiento cultural. Se celebra el primer domingo de agosto desde el año 1969. Literatura, naturaleza y alegría a partes iguales. De hecho, es la romería que se lleva a cabo a mayor altitud de toda Europa, aseguran los entendidos.

    El Malangosto es un encuentro de romeros y ganaderos de los dos lados de la Sierra de Guadarrama. La reunión se produce en la Pradera del Chozo, en el nacimiento del Cambrones. Desde el Chozo y hasta el altar del Malangosto se dirige la procesión para celebrar una misa castellana, al sonar de dulzainas y tamboriles.

  10. Embalse de La Pinilla: la pequeña Suiza

    El embalse, en pleno Valle del Lozoya
    El embalse, en pleno Valle del Lozoya - abc

    Se sabe que este embalse nació tras la sequia de 1964 por la necesidad que había de abastecer de agua a Madrid. Ahora, convertido en un auténtico reclamo turístico, ofrece una panorámica sin parangón de todo el Valle del Lozoya, separando la Cuerda Larga de los Montes Carpetanos. Lo llaman la «pequeña Suiza»: agua, verdes y montañas nevadas.

    Todo el paraje está rodeado de fresnedas, robledales y bosques en galería. Es un importante refugio faunístico de patos, ánades, porrones y cercetas.

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