Diez excursiones para descubrir los espectaculares paisajes de Madrid
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Diez excursiones para descubrir los espectaculares paisajes de Madrid

Paseos, rutas, excursiones, agradables sendas... ABC te propone estas opciones para descubrir parajes únicos de la región

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Paseos, rutas, excursiones, agradables sendas... ABC te propone estas opciones para descubrir parajes únicos de la región

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  1. La parte madrileña del Camino de Santiago

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    Esta excursión es para senderistas expertos, ya que requiere hacer noche en el camino para completar los más de 70 kilómetros (unas 16 horas a pie). La asociación de amigos de los Caminos de Santiago de Madrid marcó el año 1993 el trazado madrileño, que se inicia cruzando la carretera M-40 por un túnel a la altura de Montecarmelo. A partir de este punto, se realiza el ascenso hacia la Sierra de Guadarrama, en principio en zonas poco arboladas, posteriormente en dehesas de encinas y fresnos para finalmente salir de la Comunidad por el puerto de la Fuenfría en una zona de denso pinar de ejemplares silvestre.

    El Camino pasa frente a dos centros de educación ambiental: Manzanares en Manzanares El Real y Valle de la Fuenfría en Cercedilla. En un recorrido tan largo, se pueden contemplar gran parte de los ecosistemas de la Comunidad de Madrid: pinar de montaña, encinar sobre arenas, roquedos, sotos y riberas, barbechos y secanos, melojar y matorral de altura. Si se va a realizar el camino completo a Santiago, conviene programar la ruta (acreditaciones, alojamientos, etc.)

  2. Cruzando el Monte del Parralejo

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    Esta senda se puede recorrer en bicicleta o a pie (en este caso, se tarda unas 4 horas ya que son más de 12 kilómetros de recorrido). El punto de inicio y final de la ruta es el Castillo de Villaviciosa, y se sale del casco urbano por el extremo suroeste de Villaviciosa de Odón, cruzando un puente sobre la carretera M- 501 en dirección hacia la entrada del Monte El Parralejo. Habitan en los alrededores especies como azor, milano real y negro, cárabo o búho chico, así como jabalíes y ginetas.

    El camino sigue paralelo a la carretera M-501 durante unos 2,5 km, para cruzarla por un paso inferior y adentrarse en la frondosidad del bosque que conforma el área recreativa de El Sotillo. Desde este área, desviándose brevemente de la ruta, se puede disfrutar de una senda botánica. Si se continúa la ruta hay que dirigirse hacia la residencia de ancianos y bordearla hacia la urbanización El Bosque, la cual también hay que bordear. Finalmente, se retorna hacia el casco urbano de Villaviciosa de Odón, entrando por su parte noroeste y recorriendo su avenida principal hacia el Castillo, donde concluye el recorrido.

  3. El camino de los cereales

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    Esta breve y cómoda excursión (se termina en sólo una hora, unos 3 kilómetros en total) transita por una pequeña senda marcada en la roca por el paso de las caballerías que transportaban a la eras las cargas de cereal. El recorrido parte de el aparcamiento a la entrada del pueblo de La Hiruela, donde hay un monolito que señala el principio de la senda. Por el camino se pueden observar las principales especies de matorral de la zona, compuesta por cambrones, cantuesos y botoneras y disfrutar del aroma de la abundante mejorana.

    Al ascender a la loma se puede disfrutar de una bonita panorámica del valle del Jarama, La Hiruela, El Cardoso y los robledales que pueblan sus valles. Rodeando unos atractivos afloramientos rocosos de esquistos, aparece el valle de la Umbría. Este paraje es especialmente recomendable al atardecer por ser uno de los lugares que recibe los últimos rayos de sol. Desde este punto se desciende por un cervunal (pastizal pobre de montaña) hasta llegar al bosquete de álamos temblones que rodea la pila de riego, desde donde se vuelve al pueblo.

  4. Entre trincheras de la Guerra Civil

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    Esta excursión de dos horas y cuarto (unos 8 kilómetros) recorre una ruta acondicionada por la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid para incluir en el plan de yacimientos visitables la zona fortificada del denominado Frente del Agua, que tuvo una gran importancia estratégica, dado que su control permitía el acceso al abastecimiento de agua de los dos principales embalses que surtían a la capital: Puentes Viejas y El Villar. El itinerario recorre varios vestigios de la batalla como son los nidos de ametralladoras.

    Los del ejército republicano con una abertura segmentada y los del franquista con una abertura continua. Las trincheras, cavadas en profundidad, permitían disparar al enemigo cubriendo el cuerpo de los disparos y permitiendo el desplazamiento con cierta seguridad por el terreno. Actualmente están casi totalmente tapadas por tierra, pero como se puede observar por la zigzagueante longitud de las trincheras, las líneas del frente discurrían a lo largo de varios kilómetros que forman parte de la ruta.

  5. Las ermitas de la Soledad y Nazaret

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    Esta excursión de una hora y media (unos 6 kilómetros) sale y termina en el mismo punto, la Ermita de la Soledad en la localidad de Montejo de la Sierra. Discurre a través de antiguos prados de siega y llega a la ermita de Nuestra Señora de Nazaret, partiendo desde la Ermita de la Soledad. El camino atraviesa varios arroyos y prados de siega aterrazados, hasta llegar a una loma desde la que se ve la ermita Nuestra Señora de Nazaret, lugar donde se celebra la Romería de Montejo de la Sierra el último domingo de mayo. Desde este punto se puede disfrutar de una bonita panorámica de la sierra y del pueblo.

    En las laderas de solana vegetan algunos bosquetes de encinas mientras se desciende por la vía pecuaria de la Cañada Real de las Merinas, con una anchura legal de 75 metros. Las encinas, no muy abundantes en el término, eran muy valoradas por proporcionar «hoja verde» en invierno, bellotas y buena madera de la que también se aprovechaba su corteza para curtir o teñir pieles. Existen pasos habilitados para personas y bicicletas en el recorrido, que además está siempre señalizado.

  6. Senda por el valle de la Fuenfría

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    Este recorrido de una hora y media (menos de cuatro kilómetros) supone un agradable paseo que permite el acceso alternativo al valle de la Fuenfría desde la estación de ferrocarriles de Cercedilla, o viceversa, sin tener que utilizar la carretera asfaltada. Un itinerario interesante (siempre señalizado con balizas en forma de círculos de pintura azules), además, por la vegetación y las especies botánicas que vamos a encontrar a nuestro paso (pino silvestre, rebollo, fresno, sauce, jara estepa...).

    Coincide en parte con un tramo de la carretera inconclusa (las obras se paralizaron en 1936) que proyectaba unir Madrid y Segovia por el valle de la Fuenfría. El paseo ofrece además otros elementos de interés, como el Centro de Educación Ambiental Valle de la Fuenfría (donde es recomendable estacionar el vehículo), en el que se programan actividades para conocer el entorno (consultar actividades y horarios en el teléfono 91 852 22 13), el puente romano del Molino, la calzada romana o las piscinas naturales de las Berceas, donde a partir de primavera la gente empieza a bañarse.

  7. Las tradiciones del valle del Lozoya

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    Este recorrido circular de dos horas y media (algo más de 10 kilómetros) comienza y termina en el Centro de educación ambiental El Cuadrón, y rodea el cerro del mismo nombre. Tras visitar este Centro (consultar horarios y actividades en el teléfono 91 8694279), se puede tener un conocimiento mejor de las formas de vida tradicionales de los habitantes del valle del Lozoya y del paisaje asociado al uso ganadero de los terrenos que atraviesa la senda.

    Este uso ha dado lugar a numerosos elementos asociados a la ganadería extensiva como las vías pecuarias: destacando la Cañada Real Segoviana (en la zona marcada como paso canadiense en el croquis), los pilones para abrevar el ganado, los muros de piedra para confinarlo, las mangas ganaderas donde se manejaba el ganado para tratamientos sanitarios, los potros de herrar, o los pasos canadienses, consistentes en fosos con barras metálicas paralelas a ras de suelo, situadas en zonas de cruce de caminos con muros, y que evitan tener que poner portones que hay que abrir y cerrar continuamente o que pueden quedar abiertos.

  8. Las rocas de la tortuga y el cerdito

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    Este paseo entre los granitos de La Pedriza, de unas 4 horas (casi 7 kilómetros) es una ruta circular que tiene su punto de inicio y final en el aparcamiento de Canto Cochino de Manzanares el Real. Recorriendo esta senda se pueden reconocer elementos del relieve como berrocales, domos y crestas, pasando junto a elementos geológicos menores originados por la erosión como piedras caballeras, la cueva de la Mora o nerviaciones en la aleta de Tiburón.

    La erosión también ha conformado caprichosas formas en las rocas, algunas con parecidos a ciertos animales como «la foca», «la tortuga», «el cerdito» y «el pájaro» o con hitos como «el tolmo». También se pueden observar a lo lejos relieves como el Cancho de los Muertos, el domo de El Yelmo y los crestones de Las Torres. Existe una variante del recorrido denominada senda corta que permite un recorrido más adecuado para familias con niños (1,5 km). Una guía muy útil para comprender mejor la geomorfología del recorrido es el libro «Formas graníticas de La Pedriza» de Javier Pedraza, M. Ángel Sanz y Aurora Martín (1989).

  9. Senda a los pies de La Maliciosa

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    Este recorrido de casi 9 kilómetros (sólo ida, unas dos horas y media a pie) es ideal para contemplar las variaciones en la vegetación consecuencia de la influencia, tanto de la altitud, como de la humedad, ya que con respecto al primer factor podremos observar, a los pies del Pico de La Maliciosa, el límite del pinar. Respecto al segundo, el incremento de especies vegetales. Así se puede comprender la estructuración abierta de los pinares de pino silvestre con un sotobosque poco denso.

    El punto de acceso al recorrido está mal comunicado por transporte público, por lo que se recomienda realizarlo acompañado por más personas que lleven otro coche y que realicen el paseo en sentido contrario para intercambiar las llaves en el recorrido. El punto final del recorrido está situado en la antigua ubicación del Real Sanatorio de Guadarrama. No se aconseja dejar el vehículo en el hotel y terminar en el Ventorrillo, ya que luego habrá que recorrer cerca de seis kilómetros, de los cuales tres son por la carretera M-601, que pueden ser peligrosos ya que presenta una gran intensidad de tráfico.

  10. Por la sierra entre Segovia y Madrid

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    El recorrido, marcado en 1926 por Eduardo Schmid (perteneciente a la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara) comienza y termina en la Comunidad de Madrid, pero discurre también por la provincia de Segovia. Bordea al norte las emblemáticas cimas de los «Siete Picos», saliendo de Majavilán en dirección a la pradera de los Corralitos, siguiendo los círculos de pintura blanca de la calzada Borbónica. Entre ambos lugares se encuentra el Puente del Descalzo.

    Al salir de la pradera se deben seguir los círculos de pintura amarilla del Camino Schmid. Tras cruzar el puente del arroyo de la Fuenfría, una senda señalizada por pintura amarilla parte a la izquierda de la pista forestal, iniciando el ascenso a través del pinar. Alcanzando el cruce con la pista forestal se encuentra la fuente Antón Ruiz de Velasco, y después se asciende hasta la pradera de collado Ventoso. Aquí es importante seguir de frente y a la derecha (al Pico de Majalasna) ni a la izquierda (al puerto de la Fuenfría), continuando ya en Segovia por un denso pinar hasta el puerto de Navacerrada.

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