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Un negocio de cine: la innovadora reconversión de las salas de la capital

Nuevos proyectos como Callao City Lights, Platea y Gymage buscan renovar la tradicional oferta de ocio de Madrid

Un negocio de cine: la innovadora reconversión de las salas de la capital

antonio de mora vázquez

El olor a palomitas es cada vez más difícil de encontrar en Madrid. En la capital sólo quedan 39 cines —258 pantallas—, un 67 por ciento menos que en 2004 , cuando los madrileños podían elegir entre 58 cines y 331 pantallas, según datos del Ministerio de Cultura. A cada cerdo le llega su San Martín, y en este caso viene en forma de piratería, altos precios y nuevos formatos que abocan al cierre de estos grandes espacios, que no pueden asumir estos costes y cada vez cuesta más llenar.

«Las salas de toda la vida no pueden permitirse la compra de nuevos proyectores (aproximadamente 300.000€) que soporten el formato de película que ha sustituido al clásico 35 milímetros», explicó a ABC Rafael Linares, Doctor en Ciencias de la Información en la Universidad Rey Juan Carlos.

Por ello, estos locales quedan vacíos hasta que alguien decide reutilizarlos con nuevos proyectos, como sucedió con el antiguo Cine Carlos III, en la calle Goya.

Referentes culturales

En 2007 el Grupo de Inversión Tritón decidió comprar la manzana en la que se ubicaba, además de la antigua sala de fiestas Cleofás y algunas viviendas. Tras una inversión de 60 millones de euros, se inauguró en 2014 «Platea Madrid», un espacio innovador.

«En un primer momento, se pensó en transformar el cine y el edificio en una simple galería comercial, pero tras un estudio se llegó a la conclusión de que se podían unir ocio y gastronomía , y de ahí nace este espacio de 6.000 metros cuadrados en el que se combinan los dos conceptos», dijo Gonzalo Hurtado, director general del proyecto multimillonario.

En el nuevo centro de ocio se han respetado las plateas, el escenario y la estructura del Carlos III, en el que s e han introducido apuestas culinarias y se mantienen tres pantallas gigantes donde aún proyectan en algunos eventos, «es nuestro guiño al antiguo cine», explicó Hurtado.

El «Foso», el «Escenario» y el «Palco» son sólo la mitad de las tres plantas, dos plateas y una zona dulce en las que se ha dividido el espacio, toda una declaración de intenciones para homenajear los orígenes del edificio.

Asimismo, seis estrellas Michelin avalan la apuesta que desde Platea se ha hecho para atraer a un público que aprecie la calidad gastronómica para así convertirse en el referente del sector en la capital.

Al otro lado de la Castellana, en el barrio de Malasaña , se encontraban los Cines Luna, otra sala emblemática que tras cerrar sus puertas se llenó de okupas e indigentes , hasta 2012. A finales de ese año abrió sus puertas Gymage Lounge Resort, un concepto sin precedentes en Madrid.

«Necesitábamos un edificio con luz natural para crear este espacio que simula un resort caribeño en el centro de la ciudad», dijo Carlos Enguídanos, director del espacio, «eso nos decantó por los Cines Luna». El proyecto empezó con la apertura de un gimnasio, al que se le han añadido la terraza (2013) y el teatro (2014).

Tanto Hurtado como Enguídanos coinciden en que nuevas ideas como estas buscan siempre « sumar y no restar , contribuyendo a que vengan más turistas».

Por su parte, Borja de Benito, portavoz de la Federación de Cines de España, que representa al 90 por ciento de los exhibidores, con casi 3.000 sales en todo el país , ve con buenos ojos que las salas se reutilizen. «Ya que se cierra un cine, por lo menos que el espacio reabra y se le dé un uso cultural», dijo.

Precisamente eso, desarrollar un nuevo proyecto cultural adaptado al siglo XXI, fue la idea que convirtió los cines Victoria, Callao y el Palacio de la Prensa en «Callao City Lights».

En 2010 nació el precedente de Platea y Gymage, el proyecto que equipararía la madrileña plaza de Callao a Times Square en Nueva York o a Piccadilly Circus en Londres. Sus tres pantallas de 250 metros cuadrados acaparan la atención de las 350.000 personas que pasan por la zona diariamente.

Madrid, capital mundial

Respetando las fachadas de los edificios centenarios que forman el conjunto -como el Palacio de la Prensa- la inversión no sólo renovó los interiores, sino que introdujo nuevos usos que complementaran a la tradicional exhibición de películas, como la interpretación de monológos, la celebración de eventos y entregas de premios.

En su declaración de intenciones, los responsables afirman que, «en apenas dos años Callao City Lights ha devuelto a la Gran Vía su carácter de foco cultural y vanguardia , convirtiéndose en el Kilómetro 0 de la cultura».

La reforma del plan urbanístico llevada a cabo por el Ayuntamiento de Madrid en 2004 permitió que se reutilizaran con otros usos comerciales las salas de cine de la capital. Desde hace once años, proyectos como «Callao City Lights», Platea o Gymage surgen para equiparar la oferta cultural y gastronómica de la capital a la de Londres, París o Nueva York, que ya cuentan con sus propios referentes, como el Madison Square Garden, Leicester Square o el Moulin Rouge, que atraen a millones de visitantes cada año.

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