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la casa de los horrores

La falta de dinero obstaculiza la búsqueda de Adriana en el vertedero

Urbaser evaluó en 800.000 euros el coste de remover las 20.000 toneladas de basura. Las administraciones aseguran que no saben, a día de hoy, quién debe pagar el rastreo

La falta de dinero obstaculiza la búsqueda de Adriana en el vertedero de san bernardo

m. j. álvarez

La búsqueda del cuerpo de Adriana Giogiosa, de 55 años, en el vertedero de Pinto se ralentiza. La argentina fue, presuntamente, asesinada y descuartizada por su casero, Bruno Hernández, de 32 años, en la denominada «casa de los horrores» de Majadahonda. Este, supuestamente, arrojó sus restos a tres contenedores de basura la madrugada del 4 al 5 de abril , según aseguró un vecino de la calle de La Sacedilla.

Precisamente es en ese basurero de Pinto adonde van a parar los desechos de esa localidad del noroeste de la región, por lo que el titular del Juzgado número 1 de la localidad majariega, Marcos Ramón Porcar Laynez, acordó, en una providencia fechada el pasado 18 de mayo , que se rastreara en ese lugar, tal y como adelantó ABC.

El proceso podría dilatarse más de lo esperado por dos motivos. Por un lado, por la cuantía de los trabajos , presupuestados en 800.000 euros por la empresa Urbaser, encargada de realizar el minucioso rastreo en la montaña de 20.000 toneladas de basura inmovilizadas por la Guardia Civil. Y, por otro, por la titularidad de la administración que debe sufragarlos.

Consecuencias procesales

En esta línea, ningún organismo oficial parece conocer quién tiene que desembolsar esa elevada suma. Fuentes cercanas al caso aluden a la falta de entendimiento entre el Ministerio de Justicia y la Comunidad de Madrid . Desde el primer departamento dan la callada por respuesta y desde el segundo aseguran que no han recibido ninguna notificación al respecto.

El juez encargado del caso acordó que se «procediera a la búsqueda del cuerpo de Adriana, restos y efectos de los delitos investigados en el vertedero de Pinto» y que se remiteran los oficios oportunos, tanto a la empresa designada (Urbaser), como a la Guardia Civil y al organismo competente de medios económicos», es decir, a la administración a la que corresponda el pago de esa diligencia, «sin perjuicio de su posible repercusión en costas en el caso de que procediese».

En este sentido, fuentes de la Consejería de Medioambiente especificaron a ABC que el juez envió un oficio a la Mancomunidad de Municipios del Sur, a la que pertenece la localidad pinteña, para que se encargara del rastreo. Sin embargo, dicho organismo envió un escrito preguntando sobre quién debía correr con los gastos, al entender que, al tratarse de una investigación, debería ser el Ministerio de Justicia o Interior .

No obstante, las mismas fuentes explican que nunca recibieron respuesta, si bien comenzaron la búsqueda en el vertedero el 1 de junio , dado que en la provindencia el juez no dejaba margen a su incumplimiento por cuestiones técnicas o económicas. De no hacerlo, podría tener consecuencias procesales tanto para ellos como para Urbaser.

En su misiva, la Mancomunidad planteaba que, en el caso de tener que hacerse cargo de la contratación de los trabajos, debería hacerse un pliego de condiciones y sacarlo a concurso, un extremo que ralentizaría la búsqueda entre cuatro y cinco meses. No se hizo, la Comunidad desconoce cómo se contrató a Urbaser y asegura que nadie ha vuelto a contactar con ellos.

Sea como fuere, los agentes de la Guardia Civil no han dejado de buscar a Gioiosa desde el 1 de junio y continuarán hasta el final, si bien las tareas están siendo más lentas, además de por el problema económico, por las elevadísimas temperaturas de este verano.

La esperanza se desvanece

Con todo, las perspectivas de hallar algún vestigio de la inquilina argentina en el vertedero se desvanecen a medida que pasa el tiempo. Entre otras cosas, por la acción de los roedores y otros animales que pululan en los basureros y que podrían haber acabado con cualquier resto biológico.

Gioiosa desapareció tras regresar de Argentina, donde acudió a visitar a su familia. Aterrizó el 29 de marzo. El 30 contactó su hermano y le dijo que había llegado bien, fue a ver a una vecina y nadie la volvió a verla más. Su hermano, alarmado, ante los extraños mensajes que recibía de ella, que dejó incluso su trabajo, se desplazó a Madrid y denunció los hechos. El día 7 de abril era detenido su inquilino , acusado de su desaparición y muerte, tras el primer registro de su vivienda..

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