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café comercial

De Machado a Cristiano

Por las mesas del Comercial ha pasado la vida cultural de Madrid. La Generación del 27 discutía en ellas de alejandrinos. Ahora nadie se perdía los goles del Real

De Machado a Cristiano abc

ángel antonio herrera

El Café Comercial era esa hermosa reliquia de un Madrid «brillante, absurdo y hambriento», según tríada insuperable de Valle Inclán, que era asiduo también del Gijón. Alternaba algunas tertulias literarias y la retransmisión de los partidos del Madrid. Quiere decirse que el sitio era una gruta alterna de poetas y forofos. Pero hay más forofos que poetas, y eso que la zona, Malasaña, tiene mucha afición de vates, como Lavapiés.

Se ha perdido la tertulia literaria, y quedan ya pocos grandes cafés literarios , salvo el Gijón y poco más. Cerró en su día, ya remoto, el Café Europeo, justo enfrente de El Comercial, en la Glorieta de Bilbao, y cerró el café Pombo, donde hacía malabarismos de bohemia Ramón Gómez de la Serna, con su tropa desportillada de grafómanos y actrices. Cerró el Lyon, donde César González-Ruano tenía su oficina.

En el Comercial se jugaba al ajedrez, a cualquier hora, y ahí escribía, hasta hace poco, el poeta Tomás Segovia, quizá el último poeta que se iba a perpetrar alejandrinos entre el jaleo de la tribu que va a merendar. En este mismo café tuvo rincón Antonio Machado , y ahí conspiraron Gabriel Celaya o Blas de Otero. En el Gijón ya no está Alfonso, el Cerillero, que te vendía marlboros sueltos, y cumplía de prestamista entre la golfemia de ley. Es aún un farde quedar en el Gijón, pero está copado al mediodía de ejecutivos de la zona, y en la noche ya no van aspirantes a actrices.

En el Comercial todavía quedaba cierta tímida vida literaria

Hay poca tertulia literaria en Madrid, porque los poetas o escritores de estos cafés históricos se han muerto, y los nuevos están en internet. En el Comercial todavía quedaba cierta tímida vida literaria interrumpida y esporádica.

Las tertulias eran en la planta baja, o sea, donde siempre, y lo del Madrid es en la segunda planta, entre gentes que se ensimismaban en las pantallas de internet y grupos que venían a montar esos picnics del amigo invisible y otras bobadas parecidas. Hay quien sigue a Machado y hay quien sigue a Cristiano Ronaldo. La entrada vale lo que vale una cerveza, y a veces ni eso. Internet llegó al Comercial, sí, y también llegaron los goles del Madrid, que son goles que suele meter el Atlético. Quién le iba a decir a Cristiano que iba a trotar por el mismo café donde discutía alejandrinos la Generación del 27.

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