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Madrid Arena

«Cinco estrellas iluminan kilómetros de recuerdos. Seguid brillando princesas»

El exterior del Madrid Arena fue el escenario de un sentido tributo a las cinco víctimas de la avalancha mortal que fallecieron en la fiesta de Halloween de 2012

«Cinco estrellas iluminan kilómetros de recuerdos. Seguid brillando princesas» Óscar del POZO

M. J. Álvarez

Emotivo, cálido y sentido. Así fue el homenaje que 730 días después de la tragedia de Halloween que se cobró la vida de Belén Langdon, Katia Esteban, Cristina Arce, Rocío Oña y Teresa Alonso Vinateo , de entre 17 y 20 años, le rindieron sus familiares y amigos. «48 meses. Cinco muertes. Cero responsables. Justicia Madrid Arena. Juicio acusados Ya!» . «Siempre en nuestros corazones». «Ni un día de cárcel por dos años sin vosotras», rezaban las tres grandes pancartas que presidieron la vigilia en su memoria.

Las flores, la velas y las fotos iban amontonándose sobre el suelo a medida que llegaban los allegados de las víctimas. « Pude haber sido yo, pudo haber sido cualquiera . Estoy indignada porque los culpables no han pagado aún por ello y siguen en la calle»·, explicaba una amiga de Cris y de Rocío que acudió con ellas la fatídica noche del concierto de Steve Aoki , con los ojos anegados por las lágrimas. Ella tuvo más suerte.

La rabia y el dolor fueron la tónica. «No confío mucho en la Justicia por desgracia. Si se hace al final, sus amigos sentiremos que los culpables se están dejando de reír en sus tumbas», explicaba Alberto, junto a su pandilla. «Justicia» fue la frase que se podía leer en las camisetas que vestían muchos de los asistentes. Y lo que reclamaban. «Es duro aceptar una muerte cuando aún no era el momento. No fue un accidente porque no se puede meter a veinte personas en un sitio donde solo caben diez. Se podía haber evitado por todos los medios pero nadie hizo nada. Ellas deberían estar con nosotros y en lugar de ello estamos hoy aquí poniéndoles velas», afirmaba Sara, de 18 años, amiga de Cristina.

«Nada ha cambiado en el ocio nocturno»

«Es duro aceptar una muerte cuando aún no era el momento. No fue un accidente porque no se pueden meter a veinte personas en un sitio donde solo caben diez . Aquí hubo más de un delito. Se podía haber evitado por todos los medios pero nadie hizo nada. Ellas deberían estar con nosotros y en lugar de ello estamos hoy aquí poniéndoles velas», afirmaba muy seria Sara, de 18 años, amiga de Cristina.

«Nada ha cambiado en la noche madrileña. Pienso que solo vale el dinero y que si las muertes se hubieran producido en un local pequeño por motivos parecidos, a los responsables se le habría caído el pelo hace mucho tiempo», expresaba Vanesa, de 23 años.

Aparecían más carteles: «Siempre en nuestros corazones» y «Cinco estrellas iluminan kilómetros de recuersos. Seguid brillando, princesas. Vuestras sonrisas, nuestro consuelo ».

El respetuoso silencio que había reinado mientras se iban sumando más personas a la vigilia se rompió con estas palabras. «Estamos hchos de recuerdos. A través de ellos estáis entre nosotros». Ese fue el inicio. «Me acuerdo de tus ojos verdes como ventanas en las que el mundo se veía de esa forma tan original. Me acuerdo de acordarme todos los días de mi vida que es la tuya. Me acuerdo de hablar de tu futuro de enfermera, de ese que te han arrebatado », iban leyendo en el atril voces de amigos de Cris. «Me acuerdo de esa noche en la que me convenciste de ser libre, pero contigo. De todos nuestros sueños, de los pitis que nos fumábamos. De tí», leían sobre Rocío.

«Me acuerdo del día que no podía creerme que hubieras muerto y aquí estamos dos años después». «Me acuerdo del mi primer beso contigo . Me acuerdo de todo lo que hicieron para llevarte de este mundo y de que nunca pararé de recordarte», evocaban sobre Katia otras voces. Los mensajes seguían y el frío de la noche arreciaba. «Puestos a recordar, me acuerdo de tí y lo seguiré haciendo», dice una joven a Teresa. «Te queremos muchísimo», e irrumpe en sollozos.

Los olores, los colores, las vivencias de las fallecidas inundaron la vigilia en su honor que se desarrolló desde las 23 a las 02.00 de la madrugada. «Un día decidimos plantar vuestro recuerdo muy hondo para que florezca muy alto. Hoy estáis en todas partes . En las calles, en las flores, en el aire. Nunca dejéis de volar princesas».

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