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Dos exparacaidistas siembran el caos en Tetuán con un artefacto explosivo

Uno de ellos colocó un bidón con un temporizador y el otro agredió a los policías cuando vio su arresto. Son primos y mantuvieron en jaque a la policía tres horas

Dos exparacaidistas siembran el caos en Tetuán con un artefacto explosivo josé ramón ladra

m. j. álvarez

Dos primos y exparacaidistas mantuvieron ayer en jaque a las Fuerzas de Seguridad durante tres horas y provocaron el caos circulatorio en las inmediaciones del paseo de la Castellana, en plena hora punta de regreso a casa. Y todo porque uno de ellos, que al parecer vive en la calle, colocó un artefacto explosivo en plena vía pública en el distrito de Tetuán.

Los Tedax procedieron a su deflagración de forma controlada y el tráfico recobró la normalidad poco a poco. Ambos fueron detenidos. El que colocó el artilugio es Víctor Aarón G. C., de 33 años; mientras que Rafael E. H., de 30, se saltó el cordón y trató de impedirlo, arremetiendo contra los agentes.

El rocambolesco episodio se produjo en el nº 4 de la calle de Cicerón cuando una patrulla de la Policía Municipal observó una garrafa que contenía un líquido que parecía gasolina. Tenía temporizador, cables y una especie de mecha. A las 17.45 horas requirieron la presencia de los Tedax. La zona fue acordonada, se desalojó el edificio cercano al artefacto incendiario y se cortó al tráfico dicha vía y la calle de Raimundo Fernández Villaverde.

«¡Quiero morir!», repetía

Cuando localizaron al sospechoso de manipular el bidón, gracias a una testigo, Víctor Aarón esgrimió una navaja que llevaba oculta y amenazó con quitarse la vida cortándose el cuello. «Quiero morir. Quiero morir», vociferaba. Ocho agentes municipales tuvieron que reducirle y le arrebataron el arma blanca, con la que, además, trató de agredirles. Fue entonces cuando entró en escena su primo, quien fue apresado por la Policía Nacional.

Ambos fueron trasladados hasta La Paz custodiados en calidad de detenidos. El responsable de la colocación del explosivo -que resultó ser gasolina- iba a ser sometido a una exploración psiquiátrica. Tenía un corte en el cuello por el fue atendido por el Samur en el lugar del suceso.

Al parecer, reconoció los hechos y dijo que lo único que pretendía era suicidarse por su precaria situación. Le constan seis reseñas por amenazas, atentado a agente de la autoridad, hurto y robo con fuerza, precisaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía. Por su parte, Rafael E.H., iba a ser valorado también en la Unidad de Psiquiatría. Carecía de antecedentes.

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