Cultura encomienda la gestión integral del Paular a Tragsa por 25 años

Para ello, Tragsa deberá "diseñar e implantar un Plan de Gestión para la explotación y el uso de las edificaciones y los terrenos del conjunto", de modo que se generen los recursos necesarios para su autosostenibilidad, garantizando la preservación y difusión de todos sus valores, así como el acceso al público para su disfrute".

Entre los objetivos de dicho plan se incluye consolidar El Paular como atractivo cultural y turístico, fortaleciendo su propuesta socio-cultural; promover la potenciación del conjunto y garantizar el adecuado mantenimiento de todas las áreas de explotación, así como dinamizar el entorno mediante la implicación activa en el desarrollo económico cultural del valle de Lozoya.

Por otro lado, el Ministerio autoriza a la Comunidad Benedictina el uso parcial del Monasterio para continuar con la vida y la actividad que lleva desarrollando desde 1954 como medio de generación de recursos que garanticen su subsistencia. El Real Monasterio de Santa María del El Paular, propiedad del Estado y declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento desde el 26 de junio de 1876, fue cedido en usufructo a la Comunidad Benedictina en 1948, autorización que se renovó en 1954 por un plazo de 30 años, con posibilidad de prorrogas por periodos de igual duración.

Respecto a dicho acuerdo, desde el Ministerio han señalado que se trata de "una novedosa iniciativa y sin precedentes por lo que el proceso ha sido largo y difícil requiriendo estudios, consultas y análisis con diferentes unidades de la Administración".

En cuanto al hotel, que cerró sus puertas el pasado 30 de junio y que subastó todos sus bienes muebles , han señalado que la explotación hotelera constituirá una de las unidades de negocio más importantes con las que contará la empresa Tragsa para la potenciación del conjunto y con ella la revitalización de toda la comarca del Guadarrama.

En relación a la situación de los trabajadores de Starwood que fueron despedidos por la cadena hotelera, la próxima adjudicación no está sujeta a su contratación. Asimismo, han señalado que teniendo en cuenta el obsoleto estado de las instalaciones del hotel cualquier cadena interesada en la explotación precisará de un tiempo para efectuar las obras de actualización y renovación necesarias, lo cual implica el cierre del hotel por un período que irá en función de las pretensiones de inversión de la nueva cadena.