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Los vecinos de Latina se quejan de la proliferación de despedidas de soltero

Sólo en la tarde del pasado sábado se llegaron a contabilizar quince juergas callejeras: «Aquí no hay quien duerma», dicen

Los vecinos de Latina se quejan de la proliferación de despedidas de soltero

M. J. ÁLVAREZ

«Aquí no hay quien duerma de jueves a domingo, y en verano es impensable sin aire acondicionado». Esa es la queja general de los vecinos del barrio de La Latina. Aluden así al ruido que vienen soportando desde años . Y, por si eso fuera poco, desde hace un par de temporadas la situación ha ido a peor con la «moda de las despedidas de soltero». El pasado sábado se batieron todos los récords con 15 fiestas, algunas de ellas con orquesta incluida, explicó a ABC Saturnino Vera, presidente de la Asociación de Vecinos de las Cavas y Costanillas.

«Yo, personalmente, conté 13 o 14. Los residentes llamaron a la Policía Municipal media docena de veces y todo siguió igual con los jóvenes de juerga hasta las 3.30 horas». «Nunca había visto nada igual. Desde hace un par de temporadas se realizan y lo normal, si es que pueda calificarse así, es que haya cuatro o cinco, pero no el cuádruple». «Fue horroroso y cuando coincidían grupos distintos se producía el consabido choque de trenes», se queja. «Yo, a partir de las 22 horas, cierro a cal y canto y ni abro las ventanas para grabar lo que ocurre fuera; de lo contrario, despierto a toda la familia».

Los puntos elegidos son siempre los mismos: la almendra comprendida entre las calles de Segovia, Toledo y la Carrera y Gran Vía de San Francisco y la Cava Baja.

Desde septiembre de 2013 esta zona, enclavada en el distrito Centro, fue declarada por el Ayuntamiento de Madrid Zona Especial de Protección Acústica (ZPAE). «Parece mentira, pero lejos de mejorar hemos ido a peor. El barrio, situado en el casco histórico de la ciudad, debería tener un turismo cultural y familiar como en todas las grandes capitales de Europa», subraya Arcadio Martín, vocal de la asociación vecinal.

«Súper de alcohol callejero»

Sin embargo, denuncia que «el Ayuntamiento es consentidor y muñidor de lo que sucede y de que el lugar se haya convertido en un gran supermercado de alcohol al aire libre». Relata que desde hace un par de años, además de las despedidas de soltero, proliferan los bares «low cost» que ofrecen cubos de cerveza o mojitos «a precios irrisorios», indica Martín. «Incluso los jóvenes han acuñado un nuevo verbo:latinear». A juicio de los residentes, hay un exceso de licencias hosteleras, «pese a lo que diga el ayuntamiento. De hecho, solo en la Cava Baja, de 61 locales, 49 disponen de ellas y en toda la zona hay un bar cada cinco metros».

Además del botellón, de los bares que dejan la puerta abierta para que los clientes consuman fuera, los que no están insonorizados y la concentración de fumadores, con el consiguiente vocerío, cánticos y patadas «el consistorio no se encarga de que se cumpla la normativa. Bastaría con que una pareja de municipales recorriera la zona a pie», asegura Martín. «Todas las denuncias que hacemos al consistorio son infructuosas. Ahora queremos que haga mediciones del nivel de ruido, como tendría que haber hecho ya, tal y como establece la ZPAE».

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