Cae J., el «Emperador de la Droga»

El arresto ha sido fruto de la operación Zarco, en la que han caído otras ocho personas (tres colombianos, tres españoles, un venezolano y un peruano) y que ha tenido como eje la investigación patrimonial del imperio de este narcotraficante y sus aledaños. Entre los arrestados, dos propietarios de inmobiliarias, testaferros, administradores de empresas en quiebra, el director de un banco...

Se han intervenido 89 cuentas, 17 casas, 4 fincas, 17 coches y 12 «parkings»La exitosa operación ha arrojado datos que quitan el hipo: han sido intervenidas y bloqueadas 89 cuentas bancarias, 17 viviendas, 4 fincas rústicas, 12 plazas de garaje y 17 vehículos. El cómputo de todo asciende a 8,5 millones de euros.

Se han practicado 11 registros domiciliarios en Madrid y Alicante y se han intervenido 20.000 euros, sistemas informáticos y documentación.

La investigación inicial de la Guardia Civil sobre «J.» se inició cuando se tuvo conocimiento de que iba a adquirir un polígono industrial en el Corredor del Henares, presuntamente con dinero procedente del narcotráfico a nivel internacional. Paralelamente, la Policía investigaba al clan. Se cruzaron datos y se hizo un equipo conjunto de investigadores.

Las vigilancias, seguimientos y el escrutinio de la documentación fiscal y patrimonial afectó a nueve encartados (además de los detenidos hay otros dos encartados), 24 personas jurídicas, 900 productos bancarios...

El imperio de «J.» tiene muchas caras, pero una de las más significativas es la enorme casa de lujo (con piano blanco de cola incluido), en la carretera de Castilla, que compró a un sospechoso y bajo precio y en la que gastó fajos de billetes en poner a la última.

Otra cara de su poderío es la nómina de nombres de sus enemigos: enfrentado a «Los Miami» y sobre todo al que fuera su número 1, Juan Carlos Peña Enano; y al rey del hampa española, el peligrosísimo Ángel Suárez Flores, «Cásper» , quien le robó una importantísima partida de droga hace unos años. El mundo del narcotráfico se les quedaba pequeño para tanta gente.

La investigación bautizada como Zarco ha revelado tres métodos de blanqueo de la organización que lideraba «J.». Por un lado, mediante la capitalización de sociedades con problemas económicos. Los traficantes entregaban dinero a estas empresas, que así reflotaban. Luego, podían pagar sus deudas a proveedores, bancos y los sueldos de los empleados. Sus gestores cedían la empresa al clan a cambio de seguir percibiendo un sueldo.

La segunda treta era el uso de empresas pantalla. Así, simulaban contar con un modo de vida legal y «justificar» sus casas y coches de lujo, viajes por el extranjero... Los gastos lo cargaban a estas sociedades.

Finalmente, tenemos a los testaferros. Hombres de paja que ocupaban órganos de dirección de empresas y la titularidad de los bienes. La mayoría de las posesiones de J. estaban a nombres de estas personas.