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cultura

La Escuela de Traductores de Toledo, nueve siglos después

Luis Miguel Pérez Cañada, actual director del centro, ha recibido esta semana el Premio Internacional de Traducción Abdullah Bin Abdulaziz, siendo el primer español con este reconocimiento

La Escuela de Traductores de Toledo, nueve siglos después LUNA revenga

m. cebrián

La Escuela de traductores de Toledo es uno de los principales símbolos de la ciudad y designa en la historiografía, desde el siglo XIII, a los distintos procesos de traducción e interpretación de textos clásicos greco-latinos que habían sido vertidos del árabe o del hebreo a la lengua latina sirviéndose del romance castellano o español como lengua intermedia.

La conquista en 1085 de Toledo por Alfonso VI y la convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos facilitaron un comercio cultural que permitió el renacimiento filosófico, teológico y científico de la ciudad. La Escuela de Traductores alcanzó su máximo esplendor con Alfonso X «El Sabio» , pero hoy es uno de los institutos culturales e investigadores más prestigiosos de la Universidad de Castilla-La Mancha y tiene su sede en el antiguo Palacio del Rey Don Pedro en la toledana Plaza de Santa Isabel.

Heredero de ese pasado es el actual director de la Escuela de Traductores de Toledo, Luis Miguel Pérez Cañada , quien ha sido distinguido esta semana con el Premio Internacional de Traducción Abdullah Bin Abdulaziz en la categoría individual al esfuerzo en traducción («Translation Award for Individual Efforts in Translation»), en reconocimiento a su labor docente e investigadora del mundo árabe a través de la traducción de obras literarias a otras lenguas.

Primer español en recibirlo

El profesor Luis Miguel Pérez se convierte así en el primer español en recibir este premio instituido por la Casa Real de Arabia Saudí en el año 2006 con el objetivo de reconocer a las instituciones y personalidades que contribuyen a difundir la lengua y cultura árabe. El galardón le ha sido concedido ex aequo al traductor brasileño Joao Baptista de Medeiros y será recogido por ambos en la ciudad de Brasilia en el mes de octubre.

El director de la Escuela de Traductores asegura que el premio, que reconoce su esfuerzo a lo largo de 30 años en el ámbito de la traducción y la difusión del árabe , le ha causado «gran sorpresa y enorme orgullo», por cuanto tiene de internacional y especializado en el ámbito de la traducción pues, a su entender, «no existe un premio más prestigiado para los que se dedican a la trasmisión de la cultura y la literatura de esta lengua».

Aunque este galardón es individual, Pérez defiende que premia la labor de la Escuela de Traductores, de sus anteriores directores y de todos los profesionales que en ella trabajan. Se muestra convencido de que no lo hubiera conseguido sin el apoyo institucional de la UCLM, y cree que es un acicate para seguir trabajando y manteniendo esa seña de identidad de la escuela medieval , reconocida no solo en el mundo árabe sino en los países europeos.

La Escuela de Traductores trabaja en muchos y muy diversos proyectos, pues además de la docencia en lengua árabe, hebrea, y turca, ofrece un postgrado en traducción que sigue siendo único en España. Ofrece cuatro programas de traducción y edición, y los profesionales que en ella trabajan revisan también 12 traducciones a colocar en el mercado de literatura árabe y pensamiento clásico y contemporáneo.

Entre sus últimos trabajos, Pérez destaca la reedición de 1.500 ejemplares de la Constitución Española traducida al árabe , a petición del Ministerio de Exteriores, un ejemplar que está en todas las delegaciones españolas en países islámicos.

También ha elaborado una base de datos «online» de traducciones del árabe y del hebreo a las cuatro lenguas que hay en España y viceversa , proyecto que se va a presentar en breve, que ha sido elaborado con fondos europeos y que tiene como destinatarios a traductores, periodistas, editores y a cualquier interesado en saber qué se ha traducido en los últimos 50 años del árabe y del hebreo.

No es ajena a los recortes

En cuanto a la situación actual de este centro de investigación, heredero del fundado por Alfonso X «El Sabio», Luis Miguel Pérez asegura que no es ajena a los recortes que se están produciendo en este ámbito , tanto a nivel regional como nacional, aunque lucha por superar esta coyuntura con nueva fórmulas.

Y es que la crisis ha provocado la desaparición prácticamente de los congresos y que los intérpretes de árabe hayan tenido que emigrar a Maruecos, donde hay más oferta. De igual modo se ha llevado por delante muchas ayudas a la traducción de la literatura árabe, pues han disminuido convocatorias públicas como la del Ministerio de Educación o la de la Agencia Española de Cooperación.

No obstante, el número de alumnos y de personas interesadas en la labor realizada en este centro centenario se mantiene , como corroboran los datos: tiene más de 2.000 seguidores en Facebook, más de 1.700 alumnos procedentes de países del arco mediterráneo han pasado por el curso de postgrado en traducción, que mantiene 30 matriculas al año, al igual que los cursos de árabe, hebreo o turco, que registra también entre 25 y 30 solicitudes cada año. También realizan muchos cursos a la carta, como el ofrecido al Ministerio del Interior para formar a intérpretes en dialectos de Marruecos.

El director cree que la Escuela de Traductores de Toledo, al margen de la publicidad y de su seña de identidad acuñada a lo largo de los siglos, tiene en el boca a boca y en su presencia en las arterias que mueven la vida cultural de la ciudad su mejor carta de presentación y su garantía de futuro.

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