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artes&Letras

Logros y retos de la fotografía histórica de Toledo

Rafael del Cerro inicia un ciclo sobre este tema en la Biblioteca de Castilla-La Mancha

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Toledo ha tenido un papel destacado en el desarrollo de la foto-historia en España, pero es mucho lo que queda por hacer en este terreno. Este podría ser el balance que hizo el historiador Rafael del Cerro Malagón en la primera sesión del ciclo Toledo en la fotografía, que acaba de iniciarse en la Biblioteca de Castilla-La Mancha.

La ponencia de Del Cerro llevaba por título «Estado de la cuestión sobre fotografía histórica en Toledo» y abordó los comienzos de la investigación de la fotografía como soporte histórico y documental en nuestro país y en nuestra ciudad: «Puede decirse que la investigación sobre la fotografía de Toledo comenzó hace treinta años con la edición del libro Toledo en la fotografía de Alguacil 1832-1914 (de Manuel Carrero, R. del Cerro, Fernando Martínez, Isidro Sánchez y Juan Sánchez), casi al tiempo que surgían en el resto de España las primeras y escasas investigaciones que se interesaban, de manera estructurada, por la imagen fotográfica que había nacido oficialmente en 1839», señaló Rafael del Cerro.

Explicó después cómo se fueron sucediendo nuevas aportaciones en el ámbito de la ciudad, la provincia y de Castilla-La Mancha. Sin embargo -afirmó- «el interés de la foto-historia, como un historia particular no debe concentrarse en sí misma, es preciso reivindicar la fotografía más allá de su propia esencia, debe valorarse también como un documento que sirve para el conocimiento de la propia historia contemporánea. La mera colección y búsqueda de imágenes antiguas puede quedarse en el puro mercado dedicado al coleccionismo de las antigüedades para llenar álbumes o páginas repletas de fotografías que se convierten en una simple y amable “operación nostalgia” ante los ojos de cualquier persona».

Desde una posición más ambiciosa, y sin salirse del ámbito concreto de la fotografía como testimonio de la historia local de Toledo, el foto-historiador apuntó algunas propuestas de investigación:

1. Continuar buceando en los brumosos años en los que surgían los primeros fanellis o revolucionarios que iban de lugar en lugar llevando la magia de la fotografía en forma de daguerrotipos u otros sistemas, como hicieron aquellos desconocidos «profesores fotográficos» que pasaron por Toledo en 1846, pocos años después de la presentación oficial de la fotografía en España.

2. Profundizar en el conocimiento de la formación de los pioneros locales que trabajaron en la ciudad en la época isabelina tales como Pedroso, Casiano Alguacil, Vegue, R. Mora y otros.

3. Revisar en profundidad el fondo Rodríguez depositado en el Archivo Histórico Provincial de Toledo desde 1986 para lograr una plena catalogación y autorías de los positivos y negativos allí depositados, tras lo cual pueden surgir interesantes novedades de todo tipo

4. El estudio de las galerías toledanas de la segunda mitad del XIX, tanto en el nombre de sus autores como en sus fotografías, destacando, entre otros el apellido o saga de Lucas Fraile, hasta su conclusión a mediados del XX.

5.Estudiar la segunda mitad del XX a partir el Fondo de Foto Flores (actualmente en la Diputación), así como los legados de otras galerías (Fotoestudio, Mercri, Foto San José, etc.) y de numerosos fotógrafos que salían a las calles como empleados o autónomos haciendo ambulancias, encargos y reportajes de todo tipo.

Recuperar los fondos y los nombres de los fotógrafos de la prensa, auténticos notarios de la vida real. Su trabajo no puede olvidarse, perderse o saldarse cuando, por desgracia, las empresas editoras cierran las empresas informativas. En su trabajo gráfico, sobre los ya sabidos perfiles monumentales de la ciudad, está la memoria real de un tiempo que no suele interesar ni al profesional del reportaje ni al fotógrafo aficionado.

Por último, Rafael del Cerro señaló como iniciativa personal que la ciudad de Toledo podría organizar el año próximo algún tipo de homenaje o recuerdo a Casiano Alguacil, que falleció el 3 de diciembre de 1914, en tanto que pionero de la fotografía en Toledo, personaje al que, por cierto, desde enero de 1985 se le debe un homenaje que aprobó la Corporación municipal de entonces.

El ciclo continuará desarrollándose en la Biblioteca de Castilla-La Mancha durante los lunes, a lo largo de los meses de marzo y abril.

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