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Maestros cerveceros del siglo XXI

Nace la Asociación Asociación Española de Cerveceros Artesanos Independientes, integrada por cuatro microcerveceras castellano-manchegas

Maestros cerveceros del siglo XXI cervezas arriaca

PATRICIA BIOSCA

La cerveza siempre ha sido una de las bebidas más consumidas por los españoles, y en los últimos tiempos han surgido nuevas propuestas que dan un paso más allá, refinando el producto y volviendo a los orígenes, como en el caso de las cervezas artesanales. De hecho, en Castilla-La Mancha existen varias propuestas que pujan por convertir este líquido dorado, cuidado con mimo, en un referente par que «irse de cañas» sea toda una experiencia con un sabor especial y característico.

Es el caso de las microcerveceras Domus (Toledo), Sagra (Toledo), Dawat (Cuenca) y Arriaca (Guadalajara), que han puesto en marcha junto con La Virgen (Madrid), La Cibeles (Madrid) y San Frutos (Segovia) la Asociación Española de Cerveceros Artesanos Independientes (AECAI), el primer colectivo de estas características con ámbito de influencia y actuación en todo el país que nace con un claro objetivo: «El fomento de la cultura cervecera artesanal y la defensa del sector».

«AECAI pretende aunar en un mismo impulso reglado a los integrantes de un sector que está experimentado un sobresaliente crecimiento: el de la cerveza artesanal», afirma la agrupación. Aún no han cerrado las puertas a nuevos integrantes (eso sí, que cumplan los requisitos de calidad de la cerveza artesanal) para convertirse en referencia nacional y, quien sabe si en el futuro, fuera de nuestras fronteras. Por lo pronto han ideado un anuncio promocional dejando claras sus intenciones.

Bajo el título « Soy cervecero artesano. No tengo miedo », los integrantes de este colectivo explican que son «maestros cerveceros» que «aman» su producto y su trabajo. «Nosotros, los maestros artesanos, trabajamos muy duro cada día para elaborar cerveza de verdad, de calidad», continúan, aseverando que lo que diferencia su producto del resto es que no se utilizan agentes químicos en su elaboración y su producción es «cien por cien natural». «Innovación, ambición, carácter y fuerza» son algunos de los adjetivos que utilizan para describir su cerveza, que poco a poco, parece estar haciéndose un hueco entre los consumidores. Todo ello desde «microcerveceras», empresas que elaboran la cerveza a pequeña escala, lejos de las grandes producciones de las enormes fábricas. Algo así como la «reencarnación» de aquellos monjes que elaboraban en las abadías este líquido fermentado de cebada y trigo, y que ya recogían una tradición que llegaba del Antiguo Egipto y de los sumerios, allá por el año 3.000 A.C.

«Nuestra filosofía está construida sobre un sueño, y por ello, cada uno de nosotros, con cada cerveza que embotellamos, apoyamos el desarrollo de las cervezas locales». Una máxima que, aseguran, rivaliza con el actual modelo de cerveceras industriales, «que piensan más en vender que en qué van a vender». Toda una declaración de intenciones para volver a hacer patente su separación de las grandes empresas. «Somos el alma y el corazón de la industria cervecera española», sentencian desde AECAI, a pesar de que reconocen que elaboran solo el 1 por ciento de la producción nacional. Sin embargo, también aseguran que la cerveza artesanal es uno de los mercados más florecientes a nivel internacional en los últimos años.

Etiqueta diferenciadora

AECAI explica que hace décadas, las cerveceras industriales, para abaratar costes, introdujeron en la producción azúcares y otros cereales más baratos. Una práctica que no se reproduce en estas microempresas, creando un «movimiento imparable», según la organización: «El compromiso común de los cerveceros artesanales por la calidad, sostenibilidad y el desarrollo de la economía y cultura de proximidad son los pilares con los que nace la asociación», afirman los cerveceros, que, para distinguirse, pondrán un sello en las etiquetas «para garantizar al consumidor final que está comprando una cerveza artesanal con esas características». Así que, si mientras araña la etiqueta de su cerveza, repara en una marca circular que le asegura que ese producto que tiene entre las manos es artesanal, recuerde que detrás hay unos «locos» —como se autodenominan en el vídeo— que un día decidieron volver a la antigüedad para rescatar un sabor con milenios de antigüedad.

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