El tráfico en el Hospital Universitario: un problema en aumento

Coches parados encima de aceras, rotondas, medianas; atravesados en aparcamientos que se inundan cada vez que llueve, llenando de barro los zapatos y pantalones de los conductores que se bajan; baches, socavones e irregularidades en las aceras; incluso atropellos, el último de ellos ocurrido la pasada semana y cuya víctima tenía un pronóstico grave. Esta es la realidad que vive diariamente el tráfico en el Hospital Universitario de Guadalajara y sus alrededores y el centro de las quejas de pacientes, personal sanitario y trabajadores en general del centro. Un problema que ha llegado a alcanzar a las esferas políticas de la ciudad, que esta semana se manifestaban el respecto.

Los primeros en hacerlo fueron el grupo socialista, quienes recogieron el guante de las quejas que algunos afectados habían elevado a los medios de comunicación. Así, Magdalena Valerio se erigió abanderada de la causa y anunciaba este martes que llevarían al pleno municipal una moción en la que pide al alcalde, Antonio Román, y al Gobierno de Cospedal «soluciones inmediatas de ampliación y ordenación de plazas de estacionamiento dentro del recinto, así como mejoras de la seguridad vial en el entorno del centro hospitalario».

«El caos en el aparcamiento del hospital se ha agravado por decisiones de Cospedal y Román, con la paralización de las obras del nuevo hospital y con el desaguisado de los autobuses urbanos de Guadalajara, que obliga a muchas personas a llegar al centro sanitario en sus vehículos particulares al no poder acceder al mismo en transporte público porque el alcalde les ha quitado la conexión con sus barrios», aseguraba la portavoz socialista en el Ayuntamiento, aunando en la misma crítica el estancamiento del nuevo centro hospitalario y la bajada de viajeros en las líneas de autobús urbanas.

El Ayuntamiento contestaba un día después, asegurando que desde noviembre de 2013, «cuando la Policía comenzó a actuar», solo se han registrado 13 requerimientos. «El trabajo que se está emprendiendo por la Policía Local en este punto tiene como objetivo garantizar la seguridad de los peatones y de los conductores, así como la prestación de los servicios sanitarios del centro», aseguraba Armengol Engonga, concejal de Seguridad en el Ayuntamiento. «En ocasiones, el hecho de que los coches estuvieran mal aparcados en zonas prohibidas, en glorietas, sobre aceras… no sólo dificultan el tránsito de otros vehículos, sino de las propias ambulancias. Se aparcaba, incluso, en los lugares reservados para las ambulancias, lo que interfería en el trabajo de los profesionales sanitarios y en los propios pacientes que son transportados en ellas. Es algo sobre lo que había que actuar porque la situación, tal y como decía el informe de movilidad, era caótica», continuó.

Según los datos aportados por el Ayuntamiento, en 2012 se registraron 244 requerimientos -42 por ocupar indebidamente plazas de discapacitados y 21 por obstaculizar la circulación-. En 2013, hasta el 17 de noviembre (fecha en la que empieza a actuar la Policía Local), se registraron 353 requerimientos -de ellos, 29 por aparcar en plazas de minusválidos y 93 por obstaculizar la circulación-. Y desde el 18 de noviembre hasta hoy, 29 de enero, se han registrado 13 requerimientos -uno por ocupar plazas de discapacitados de forma indebida y 3 por obstaculizar la circulación-.

Por su parte, Izquierda Unida también valoraba la situación del Hospital Universitario y su portavoz en el Ayuntamiento, José Luis Maximiliano, recordaba que «en 2010 CCOO e IU presentaron un Plan de Movilidad para evitar esta situación pero entonces ninguna administración quiso saber nada del tema». «Se han tenido que producir dos graves atropellos para proponer unas medidas muy similares a las que propusimos en 2010. Nos alegramos de que así sea y que se haya adoptado una actitud diferente a la que se tomó en su día, cuando gobernaba», continuó Maximiliano. Sin embargo, tanto desde IU como desde PSOE critican que el consitorio se «limite a poner multas» y no atajar el problema de raíz.