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Tensión en María Pita

Las acusaciones a Negreira marcan el inicio de mandato de la Marea en La Coruña

La situación económica, el túnel de la Marina o los terrenos de la fábrica de armas han sido los arietes de Ferreiro

Las acusaciones a Negreira marcan el inicio de mandato de la Marea en La Coruña m. muñiz

dario domínguez

Es habitual que la entrada de un nuevo gobierno en cualquier administración venga sucedida de cien días de cortesía de la oposición antes de que se abra el enfrentamiento directo por las cuestiones de la gestión cotidiana municipal. En La Coruña, con el advenimiento en el Palacio de María Pita de la Marea Atlántica de Xulio Ferreiro no ha sido así. El nuevo regidor ha empleado buena parte de sus primeros compases de mandato en criticar con dureza la herencia que le dejó su antecesor en el cargo, el popular Carlos Negreira, en ocasiones con declaraciones y formas que desde el PP han sido reprochadas por su precipitación y que ya han llevado a Ferreiro a verse obligado a rectificar.

Por el momento, el último de los puntos de confrontación entre los dos grupos mayoritarios en el Consistorio fueron las obras de los túneles de la Marina y el Parrote . Un vídeo publicado por la Marea mostraba una supuesta grieta en una infraestructura que fue una de las grandes apuestas de Negreira. El desmentido a las supuestas deficiencias constructivas que denunciaban los nuevos responsables municipales no tuvo que venir desde el PP, sino de la Autoridad Portuaria, que achacó las filtraciones «lógicas» al hecho de que las obras sigan su curso, teniendo en cuenta la complejidad que conllevan por su cercanía al mar.

No ha sido la de las infraestructuras la única rectificación que ha sufrido Ferreiro esta última semana. Sus polémicas palabras sobre los terrenos de la Fábrica de Armas desataron una tormenta que venía semanas gestándose. El regidor acusó al PP de convertir el suelo donde se asienta la factoría en urbanizable y la respuesta fue inmediata. El principal grupo de la oposición se lanzó contra el líder de la Marea, lo tachó de «aficionado a la mentira reiterada» y exigió una rectificación inmediata de sus palabras, argumentando que la corporación encabezada por Negreira «blindó» en el Plan General dichas tierras para su uso industrial después de que el bipartito conformado por PSOE y BNG las convirtiese en el año 2009 en «edificables». Horas después, el alcalde salió al paso de sus propias palabras y matizó que quizá no había sido «muy preciso» en sus afirmaciones y explicó que se refería realmente a los terrenos anexos, para zanjar la cuestión afeando al PP el tono de su respuesta y advirtiendo a sus ediles de la «deriva peligrosa» que podría suponer la repetición de la frase «Xulio Ferreiro miente».

Conflictos económicos

Si un asunto puede considerarse como el inicio de las hostilidades entre los dos grupos ese ha sido el relacionado con las finanzas municipales. Nada más hacerse con el bastón de mando, Ferreiro denunció un «agujero» en las cuentas , la ejecución de un alto porcentaje del presupuesto para todo el presente ejercicio y tomó la decisión de pedir un crédito para hacer frente a los pagos a proveedores. La contestación del PP fue que todos los años, durante los meses previos al verano se produce una «tensión de tesorería», fundamentada en que la mayor parte de recaudación vía impuestos se produce en el último tramo. A la luz de esto, los populares reivindicaron su gestión económica con los datos de reducción de deuda en la mano y aseguraron que el Ayuntamiento estaba en disposición de cerrar 2015 con superávit.

La concejal del PP Rosa Gallego, una de las más críticas con Ferreiro, aseguró en una charla con ABC que la Marea solicitó el crédito como «pretexto» para subir los impuestos a los coruñeses. En el mismo sentido, achaca los errores del alcalde a su falta de experiencia en la gestión, que subraya que puede llevar a una «parálisis» inminente de la actividad municipal.

Además, cuestiones como el cierre de las casas regionales, las dudas sobre la continuidad del Museo de la Automoción o la no celebración en la ciudad del congreso de Ciencia en Acción provocan tensiones casi a diario entre las formaciones, hasta el punto de que Ferreiro llegó a asegurar que «cada vez que abrimos una carpeta, nos encontramos un desastre». Desde el PP responden que «cada vez que abren una carpeta no saben interpretarla y corren a hacer una declaración antes de que alguien se la explique».

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