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Entrevista

Alfonso Rueda: «Después de Feijóo, Dios dirá; no me ha dicho que no vaya a agotar la legislatura»

El número dos del PPdeG analiza el escenario electoral a pocos días del arranque de la campaña y el futuro de Núñez Feijóo

Alfonso Rueda: «Después de Feijóo, Dios dirá; no me ha dicho que no vaya a agotar la legislatura» Miguel Muñiz

José Luis Jiménez

—Usted está en la sala de máquinas electoral del PPdeG. ¿Cunde cierto desánimo por la tendencia a la baja de la marca PP?

—Al contrario, veo a la gente tan motivada como siempre que llegan unas elecciones. No obstante, habrá que hacer un esfuerzo suplementario. En 2011 había viento a favor y en el 2015 la situación es diferente.

—¿El plus de resistencia entonces es el del Partido Popular de Galicia frente al Partido Popular estatal?

— El PP de Galicia goza de muy buena salud. Y el PP estatal tiene el desgaste propio de una serie de decisiones y situaciones difíciles estos años, pero sigue siendo una marca de las que nos sentimos orgullosos. Pero el Partido Popular de Galicia tiene un plus.

—¿En qué línea sitúa el éxito y el fracaso en las próximas municipales?

— Ya la hemos marcado, con más concreción que otras veces incluso. Estamos bastante seguros de cómo van las cosas. Aspiramos a mantener las tres diputaciones que gobernamos y no renunciamos a la de Lugo. Queremos gobernar en más de la mitad de los ayuntamientos, sabiendo que en 2011 conseguimos las dos terceras partes. Ganar las elecciones en muchos ayuntamientos que pueden ser tantos como los que ahora gobernamos y conseguir el gobierno en más de la mitad creo que sería un buen objetivo.

—¿No ven peligrar entonces sus tres ciudades?

— En las tres ciudades donde hemos gobernado, con todas las vicisitudes que hemos atravesado en algunas de ellas, tenemos unas oportunidades muy fuertes de revalidarlas y de coger alguna ciudad más.

—Vigo pinta mal. ¿Qué ha fallado?

— A la vista de las encuestas no es dónde mejores resultados vamos a tener. Pero creo que va a haber una sorpresa respecto a lo que algunos esperan, y me refiero al alcalde, que está instalado en la soberbia de menospreciar a quien se enfrente a él. Presentamos una magnífica candidata que igual le da una sorpresa. En Vigo tenemos que saber interpretar a la gente, que es soberana cuando vota y decirle que, frente a la soberbia de un alcalde enfrentado a todo el mundo, se puede gobernar desde el diálogo, logrando más cosas. Si somos capaces de hacer llegar ese mensaje, recuperaremos el espacio que creo que hemos perdido.

—Caballero, siempre criticado por su excesivo localismo, pero parece funcionarle. ¿Cómo se explica?

— Probablemente porque nosotros no nos explicamos lo suficiente. Si se ven las grandes inversiones realizadas en Vigo en estos cuatro años, todas vienen de la Xunta y del Gobierno del Estado. Ese discurso de Caballero de que se ignora o ningunea a Vigo es falso. Nosotros queremos explicarlo mejor, desde la calma y el diálogo, no desde la soberbia y la crispación. Y la gente lo va a entender.

«Queremos gobernar en más de la mitad de los concellos»

—Feijóo ha designado directamente a la candidata de Vigo. ¿No cree que arriesga su crédito en caso de un mal resultado?

— Feijóo ha tomado una decisión valiente diciendo que prescinde de una magnífica conselleira para colocarla en un sitio tan fundamental para Galicia como es Vigo. Sé que esa decisión fue meditada porque Elena Muñoz era una muy buena conselleira. Pero por esa regla de tres, puede ser una magnífica alcaldesa. Cuando Feijóo tomó esa decisión sabía lo que hacía.

—Lugo. ¿Tenían la ciudad y la diputación a tiro hasta que surgió la polémica del HULA?

— La polémica del HULA es otro ejemplo donde tenemos que hacer un esfuerzo de explicación frente a la demagogia descarada de Orozco y Besteiro. En Lugo teníamos una situación hace cuatro años curiosa: fue donde obtuvimos el mejor porcentaje de voto de las ciudades y no conseguimos la mayoría absoluta. Nuestro mismo candidato, con cuatro años más de experiencia, está en una situación inmejorable para gobernar. Esa demagogia busca que no lo consiga. Hagamos ese esfuerzo de explicación suplementario. La gente es más lista de lo que algunos creen.

—Castiñeira y Barreiro han llegado a criticar a la conselleira Rocío Mosquera. Eso no pasa a menudo.

— El que diga que lo hace todo perfecto, se equivoca. Nuestros candidatos tienen toda la libertad del mundo para contar las cosas como son, porque a quien no se puede engañar es al ciudadano. ¿Hay algo mejorable en la gestión de la Xunta? Nuestros candidatos son los primeros que deben decírnoslo, y así se evita la demagogia de los que no tienen nada que decir.

—Va usted cerrando la lista del PP de Pontevedra. Agustín Hernández iba en el mismo sitio hace cuatro años y hoy es alcalde de Santiago...

— Las situaciones sólo se parecen en que en 2011 ganamos la alcaldía de Santiago y en 2015 vamos a ganar la alcaldía de Pontevedra. Yo vivo en Pontevedra y estoy muy orgulloso y agradecido de que me hayan ofrecido ir en ese puesto 25 testimonial. Sé que no voy a salir de concejal, pero espero quedarme cerca de los que salgan.

«El alcalde de Vigo está instalado en la soberbia»

—Ence. Les critican el cambio de postura. ¿Voluntario o forzado por las circunstancias?

— La circunstancias han cambiado. Pontevedra es la ciudad de Galicia con más paro y menos tejido industrial. No nos podemos permitir prescindir de Ence. Hemos explicado el cambio de postura, que es a cambio de que Ence cumpla unas exigencias ambientales muy estrictas, incluso más de las que marca la ley. Pero además demandamos un compromiso firme y claro con la ciudad. En estos momentos no sería entendible que Pontevedra perdiera su centro industrial de referencia, sobre todo porque la empresa ha evidenciado que la alternativa es irse. Y en Huelva lo ha hecho. Otros dan alternativas que no son verdad.

—¿Por qué Ence sí pero Elnosa no?

— Quien vive en Pontevedra sabe que son industrias completamente diferentes. Respecto a Elnosa, había un compromiso con la dirección de la empresa de trasladarse. Ahora no tiene ningún sentido que se desdiga de ese compromiso adquirido con la Xunta.

—En Ferrol, Santiago y La Coruña parece que van a necesitar a Ciudadanos. ¿Son el socio necesario que el PP llevaba años esperando?

— Hasta que no sepamos el resultado de las elecciones... Por ahora sólo hay encuestas, y nos sitúan muy cerca de volver a gobernar con mayoría absoluta, y los resultados de mi partido, tradicionalmente, han mejorado siempre las encuestas. Si estamos muy cerca, vamos a intentar gobernar por nosotros mismos. A partir de ahí, veremos qué pasa. Queremos gobernar con mayoría suficiente. Los demás ya andan hablando de pactos porque saben que van a perder. Ciudadanos, por muchas razones, se asemeja más al PSOE, partido que ha dicho que menos con el PP y los terroristas, a cualquier sitio.

—Santiago. ¿Y si Agustín Hernández hubiera sido el alcalde cuando Conde Roa dimitió...?

— Eso es política ficción. Agustín fue alcalde cuando se le pidió. Otro ejemplo parecido al de Elena Muñoz. Hoy nadie cuestiona que ha sido un gran alcalde. Dentro de poco se dirá también de Elena.

—¿Por qué, si todo el partido estaba a favor, no siguió adelante la reforma electoral para que gobernara la lista más votada?

— Es una pregunta que nos hemos hecho muchas veces. Es una reforma que encaja con un principio que entiende mucha gente: que gobierne el que gana las elecciones. Nosotros no podíamos hacerlo porque no era nuestra competencia. Lo pedimos hasta el final y lamento que no lo hayan hecho.

—Código ético del PSOE. ¿Cree que se lo aplicarán a «Pachi» Vázquez si finalmente se le abre juicio oral?

— Es una buena pregunta, si van a tratar al señor Vázquez como al alcalde de Caldas, donde han primado intereses electoralistas. Del código ético sólo tenemos claro que no hay criterio, y que se puede retorcer en función de lo que le interese a Besteiro en cada momento. Por ahora, en la práctica, sólo hace lo contrario de lo que dijo que haría.

—Las exigencias éticas, ¿son una demanda social real o son derivadas temporales de la crisis?

— Vienen derivadas del contexto actual. La política tiene mucho crédito que recuperar. Y los políticos, como representantes emanados de un mandato popular, somos los primeros que tendremos que dar ejemplo. Pongamos unas reglas claras y que todo el mundo sepa a qué atenerse.

—La oposición pide combatir la corrupción, pero vota en contra de la reforma del Consello de Contas. Hay algo que no se entiende.

— No se entiende casi nada de lo que hace la oposición. Intentaron boicotear la comisión, el Bloque se levantó, AGE también, hemos tenido que aprobar con nuestros votos y a través de una ley la reforma de Contas. Y cuando parecía que esa era la solución, han vuelto a dar una serie de excusas para intentar que no vaya adelante. Al final cabe preguntarse si es que a la oposición no le interesa que le controlen sus casos de corrupción.

«En el HULA tenemos que hacer un esfuerzo frente a la demagogia»

—Su partido se ha declarado limpio de corrupción. Pero un exsecretario xeral como Pablo Crespo dice lo que dice. ¿Les resta credibilidad?

— Pablo Crespo estuvo en el PPDEG hasta el año 1999. Nosotros respondemos de la parte que nos ha tocado gestionar. En general, somos un partido limpio. Ese señor va a tener un juicio ahora, y desde 1999 no tiene ninguna responsabilidad en este partido.

—«Pokemon». ¿Se traducirá la «Pokemon» en castigo electoral?

— Viendo las encuestas, se diría que no demasiado. La gente al final va sabiendo desbrozar lo que tiene entidad de lo que son indicios o presunciones.

—¿Es creíble la instrucción tras los sobreseimientos a Barreiro, Prado o la desimputación de Rey Varela?

— No soy quién para juzgar la instrucción de ningún juez. Pero viendo los resultados, que cada uno saque sus conclusiones. Aunque se genera un daño que es difícil de reparar. No he criticado nunca una instrucción y no voy a hacerlo ahora.

—La juez De Lara no ahorra en mandarle cartas de queja por el recorte del funcionariado de apoyo...

— La juez mandó una serie de cartas exponiendo sus razones, se atendieron y hoy el juzgado de Lugo dispone de los mismos funcionarios de refuerzo que tenía antes.

—Permítame la pregunta ingenua. ¿Por qué hay sumarios secretos sobre políticos que vemos en prensa y otros que sí permanecen secretos?

— Esto es un tema que se ha puesto de moda con la declaraciones del ministro de Justicia, quien creo que ha sido valiente poniendo la reflexión encima de la mesa. Más que centrarse en por qué los medios los difunden, habría que hacerlo en por qué quienes tienen acceso a los sumarios los filtran. Y depurar responsabilidades, sea quien sea.

«Cuando había inestabilidad en la Xunta era con dos partidos en el gobierno»

—Por cierto, ¿comparte la reflexión del ministro sobre las multas a los medios de comunicación que publiquen sumarios secretos?

— Hay que ir a la raíz de la filtración, y está más allá del medio que lo publica.

—Sin salir del ámbito judicial, el actual ministro ha paralizado la privatización de los registros civiles, la modificación de la planta judicial, eliminó las tasas judiciales y ha aligerado la reforma del aborto. ¿Una enmienda a la totalidad a Gallardón?

— El ministro ha dicho que no estaba atado a nadie y que era necesario tomar esas decisiones. Nosotros en algunos casos hemos aplaudido el cambio de postura. Nunca hemos negado la necesidad de reformar la administración de justicia, pero después de hablarlo y dialogarlo. Si no lo haces así, al final la consecuencia son los líos que se armaron, parar y dar marcha atrás. En algunos casos debió haberse escuchado más de lo que se escuchó.

—Oiga, en Madrid cada día hay alguien que sitúa a Feijóo en Génova después de las elecciones municipales. ¿Contempla esa posibilidad?

— Esto pasa desde 2006, cuando llegué a trabajar con él. Va por épocas. Estas cosas siempre se dicen desde Madrid, seguramente porque no ven a Feijóo trabajar a diario en Galicia y por Galicia. Verían que no se plantea otras cosas.

—¿Feijóo agotará la legislatura?

— Tendrá que preguntárselo a él, pero a mí no me ha dicho lo contrario. Parto de esa base.

—Algunos dicen que hay inestabilidad porque Feijóo no aclara su futuro...

— Inestabilidad había con dos partidos en un mismo gobierno discutiendo todo el día. Los que generan inestabilidad son los que ahora dicen que somos nosotros los inestables. Créame: este gobierno no pierde un minuto en pensar en la sucesión de Feijóo, y tampoco él.

—Después de Feijóo, ¿Rueda?

— Después de Feijóo, Dios dirá. Pero esperemos todavía, porque para ese después puede faltar mucho tiempo todavía. Yo así lo deseo.

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