Hazte premium Hazte premium

PAZGUATO Y FINO

Hablemos de la izquierda

Es realista pensar que Noriega puede adelantar al PSOE compostelano

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ

Del PSOE no, de la izquierda, aclaro convenientemente. De esa amalgama de siglas que esconden personalismos y odios fratricidas, de esos programas dispares cosidos a dentelladas con el hilo del odio cerval al PP, de esas marcas blancas donde amontonar a comunistas, ecologistas, rupturistas, oportunistas, nacionalistas, populistas y demás istas —con la excepción de socialistas, que aún parecen tener vida propia—.

Hablemos, por ejemplo, de Anova, el partido fantasma del que se ignora su poder electoral porque nunca ha sometido su marca al escrutinio de las urnas, enfrascado en la eterna discusión interna sobre si converger o diverger. En las autonómicas se aprovechó de la mano de obra de IU y fabricaron la oportunísima AGE. Para las europeas, alimentaron la criatura. Y para estas municipales, abren el cajón de sastre para que cualquiera con capacidad para gritar y pancartear tenga cabida. Una geometría variable muy rentable a nivel electoral, desde luego.

Anova goza de una representación institucional ilegítima. Sus alcaldías no son fruto de sus siglas, sino de las del BNG. Pero como el transfuguismo es eso en que incurren PP y PSOE y no los inventores de la neopolítica, nos justificaron que lo de Martiño Noriega, la esperanza blanca de Teo, no era una práctica anómala. Por eso se permite el lujo de vender lecciones de decencia y que algunos se las compren.

Ahora se postula para Compostela. No porque él quiera, claro, sino porque hay un clamor en la ¿izquierda social? para que acaudille las huestes del alternativismo frente a la siempre terrible derecha, a la que este moderado llama «mafia». Tanto roce con Beiras no puede ser inocuo. Más bien al contrario.

Dicho todo esto, las opciones de Noriega no son ni mucho menos remotas. Al contrario —y ahora sí vamos a hablar del PSOE—, es realista pensar que puede convertirse en la primera fuerza de la izquierda ante un socialismo compostelano fracturado y con un candidato endeble. Y será el PSOE el que deba decidir si, llegado el caso, permitirá a esta amable izquierda radical el acceso al poder a cambio de un puñado de carguitos y concejalías. Sería el principio del fin. Y estaría bien que lo aclararan con antelación.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación