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Sumas y restas para evitar derrumbes en la torre sur de la Catedral de Santiago

La restauración del remate de la torre de las campanas del santuario descubre por qué se ha caído varias veces en su historia: el grosor de su piedra es 20 centímetros menor de lo que debiera

Sumas y restas para evitar derrumbes en la torre sur de la Catedral de Santiago abc

Abraham Coco

La restauración de las torres de la Catedral de Santiago ha vuelto a deparar sorpresas. El equipo de especialistas que trabaja en ella y los responsables del santuario quieren soluciones definitivas para problemas crónicos. Nada de parches. La torre sur es la que ocupa hoy la atención. Su remate (cúpula, linterna y pináculo) se ha derrumbado en varias ocasiones desde el siglo XVIII y ha sido desmontada hasta cuatro veces desde entonces. Así se encuentra en la actualidad.

Estas labores —que ya se hicieron en la torre norte durante el pasado año— han permitido descubrir que el grosor de las piezas de piedra que la conforman es unos veinte centímetros menor que el de su vecina del Obradoiro. De ahí provienen sus problemas de estabilidad que en la centuria pasada fueron solucionados con una masa de hormigón y forjado de hierro que ya ha sido eliminada.

Toca hacer sumas y restas. Tres estructuralistas sopesan cómo proceder, pues al problema estructural se añade que cerca del 30 por ciento de las piezas —que no son las originales con las que se edificó— arrastran problemas de conservación. De ahí se que estén planteando incluso desechar el cien por cien y ejecutar un nuevo remate con piedra cuyo grosor garantice la misma estabilidad de la torre norte. «Los especialistas están viendo qué hacer para que quede resuelto definitivamente. Es un lugar delicado porque está en el remate de la torre», explica Daniel Lorenzo , canónigo y presidente de la Fundación Catedral que la pasada semana visitó los trabajos acompañado del alcalde de Santiago, Agustín Hernández.

Renovado juego de campanas

Esta torre tiene también la particularidad de cobijar las campanas del santuario. La reforma incluye arreglos en la zona donde se encuentran dado que «los soportes estaban en una situación de deterioro muy grave», indica. Algunas de ellas superan la tonelada. «Tenemos un juegos de campanas de gran valor porque lo tenemos prácticamente completo. Hay una campana restaurada en el claustro que pretendemos reponer ahora arriba. No hay muchas iglesias y catedrales que guarden su juego original. Vamos a poder recuperar, además, los toques tradicionales que hoy, con los sistemas mecánicos que había instalados, no era posible. Es decir, que le daremos también un valor cultural», detalla Lorenzo aABC.

Es poco amigo de dar plazos para retirar los andamios porque ve en ellos una oportunidad más que un problema, pero en principio en verano la torre norte quedará descubierta. Parte de la demora en su restauración ha venido provocada por un problema con los morteros que se habían colocado. Antes de retirar la estructura, se optó por testar cómo funcionaban y «no lo hacían de acuerdo a los criterios de excelencia que se habían planteado», expone Lorenzo, quien recuerda que las condiciones meteorológicas habituales en la capital gallega dificultan este tipo de procesos.

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