Otra duda razonable
Lo verdaderamente preocupante es el daño causado. ¿Es inevitable que las imputaciones tengan carácter público?
El cómodo y aseado aserto según el cual toda persona con un cargo público debe dimitir de inmediato si es imputado se derrumba con cierta frecuencia con absoluciones o desimputaciones. Es obvio que, si Vilaboy dice la verdad y es él quien habla con el delegado de Vendex en la conversación interceptada por Aduanas, resulta harto difícil atarse a la convicción. Claro que no tengo ninguna duda de que quienes pidieron la dimisión de Rey Varela correrán hoy a pedirle perdón públicamente...
Más allá de la responsabilidades de tertulianos, o cansinos mensajes de oposición, lo verdaderamente preocupante es el daño causado. ¿Es inevitable que las imputaciones tengan carácter público?
La instrucción de Pilar de Lara queda tocada. Si todos dicen la verdad, y aunque de por sí no es una enmienda a la totalidad, supone un toque de atención a, entre otros, quienes reproducimos como infalibles los folios que con cierta alegría caen en nuestras redacciones. Actos de fe que anteponen la supuesta infalibilidad de jueces y Policía a la presunción de inocencia de los señalados.
No celebro que el oportunismo quiera aplicar una especie de doctrina del fruto del árbol envenenado, porque sospecho que muchos capítulos de lo investigado por De Lara responden a hechos probables. Aun así, en la magistratura, como en el periodismo, un solo error puede tocar la credibilidad ganada en mil aciertos. Lamentable y aleccionador.
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