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Feijóo no descarta presentar medidas judiciales contra los insultos de AGE

El último calificativo de Beiras: «chulo de barra americana»colma la paciencia del presidente de la Xunta

Feijóo no descarta presentar medidas judiciales contra los insultos de AGE EFE

c. pichel

«Es un chulo de barra americana», último insulto de Xosé Manuel Beiras, o la insinuación de un delito por parte de la viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz, han colmado la paciencia del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

Feijóo ha recriminado este jueves la actitud de la diputada Yolanda Díaz, -que le culpó de llamar al Sergas para intentar parar la autopsia de Manuelo Cruz, el amigo que tenía en común con Dorado - y ha avisado que, actualmente, sopesa la posibilidad de llevar a AGE a los Juzgados.

«No oculto que todo tiene límites, pero sobrepasar los límites ya sobrepasados nos hace pensar en esta decisión», ha dicho el presidente de la Xunta en rueda de prensa tras su reunión semanal con su equipo de gobierno. Aunque ha declinado hablar de actos o personas concretas, el titular autonómico ha afirmado que «imputar un delito a un presidente del Gobierno -tanto dentro como fuera de O Hórreo- es suficientemente grave» como para emprender acciones judiciales.

Al tiempo, ha lamentado el «espectáculo» que cada 15 días se ofrece en el Parlamento autonómico, pues Feijóo está dispuesto a aceptar los insultos que le propinan, pero no a que se viole una institución democrática.

Abanico de insultos

Además de propinar un sonoro puñetazo sobre su escaño , Beiras ha calificado al presidente de Galicia de «narcopresidente mamarracho», entre otras más veladas descalificaciones hacia el también líder del PP gallego, a las que se ha sumado ahora su mano derecha y cabeza visible de IU en Galicia.

Tras el más violento de los incidentes parlamentarios , el presidente de la Xunta aseguró estar dispuesto a tolerar insultos hacia su persona pero no hacia la insitución más democrática de Galicia, el Parlamento. «Escucho con mucha frecuencia descalificativos gravísimos, pero no estoy dispuesto a aceptar puños y manotazos; no caben en un parlamento. Conmigo que no cuenten para eso».

Pero el último de los insultos, que el nacionalista dedicó este miércoles a Feijóo, sin micrófonos y gritando de escaño a escaño, y la grave insinuación de la número 2 de AGE, parece haber cambiado este criterio o agotado su nivel de tolerancia.

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