Un policía alega que simuló ser corrupto para destapar el caso Riviera
Arranca el juicio contra la trama policial que protegía a dos macroburdeles
janot guil
José Javier M. P., alias «Jordi», exinspector jefe de la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional en Barcelona y principal acusado de la trama policial que protegía con chivatazos sobre la redadas a cambio de dinero y regalos a los dueños de los macroprostíbulos ... Saratoga y Riviera, de Castelldefels, se declara héroe; no villano. No participó en la trama. Se infiltró en ella para destaparla, aduce.
Ayer arrancó en la Audiencia de Barcelona el macrojuicio por esta causa con veinte imputados -policías, dueños de los burdeles, abogados y funcionarios del Ayuntamiento de Barcelona-, y el primero en declarar fue José Javier M. P.. La fiscalía pide la pena mayor para él, 44 años de cárcel, al que acusa de recibir dinero y extorsionar a los dueño de prostíbulos a cambio de avisarles de las redadas con antelación. Para que cuando la Policía acudiera a los burdeles no hallara ninguna meretriz en situación irregular en España o menor de edad.
«Jordi» fue el primer integrante de la trama detenido y luego fue denunciado tras una investigación interna al hallarse droga en su taquilla. El fiscal, Fernando Bermejo, sostiene que la trama policial de cobros existía antes de su incorporación a la brigada de Extranjería de Barcelona, en 2005, liderada por el comisario al frente de la misma, Luis G. G. y los inspectores Andrés O. y Abundio N., entre otros. Y que «Jordi» se sumó a la misma tras detectarla. Para sacar tajada.
«Investigar desde dentro»
Sin embargo, el inspector José Javier M. P. negó que nunca hubiera cobrado dinero alguno de los burdeles, negó cualquier extorsión y justificó que las conversaciones y encuentros que mantuvo con los representantes de los burdeles -una de ellas grabada por los proxenetas que luego le denunciaron ante la Policía-, tenía como objeto «investigar desde dentro para destapar la trama». Incluso aseguró que a algunos compañeros suyos policía les reveló que estaba haciendo de «infiltrado».
En una de estas conversaciones, reproducida durante el juicio, el inspector le pide a Carmelo S., encargado del Riviera, que quiere cobrar «la mitad de lo que le dabas al otro (3.000 euros)», una supuesta alusión a los mandos policiales que venían recibiendo dinero, regalos y otras dádivas de la trama. «Jordi», con todo, insistió que formaba parte de su infiltración. También negó que se aliara con los tres abogados imputados para extorsionar a otros propietarios de burdeles.
El acusado señaló como líder de la trama con el Saratoga y Riviera a su inmediato superior, Abundio N., al que acusó de emprender una campaña contra él para apartarle de los registros a estos burdeles, incriminándole incluso con un supuesto robo en su taquilla en el que se halló droga.
Las declaraciones de «Jordi» fueron desmentidas ayer por otro imputado, Carmelo S., exencargado del Saratoga, quien declaró que «Jordi» intentó extorsionarles, amenazándoles con «crujirles» a redadas. Por contra, Carmelo negó que hubieran pagado nunca a a otros policía imputados, como Andrés O. por recibir informaciones de redadas. «No había ningún pacto», dijo Carmelo, quien achacó los frecuentes contactos con el inspector jefe Andrés O. y el subinpsetor Ignacio L. y los regalos que le dio, como botellas de vino, a que eran «amigos». Durante su declaración, se le reprodujeron varias conversaciones con los policías imputados que deja entrever que le avisaban de las redadas -«iremos la semana que viene»- y que les pagaba para ello. El exencargado argumentó que aludían a las visitas de los mandos policiales al burdel para tomar copas o cenar. O que el dinero del que hablaban era por negocios inmobiliarios que uno de los mando tenía con ellos.
Carmelo S. negó incluso la mayor y afirmó que su negocio no era la prostitución. «Sólo cobraba a las chicas su hospedaje» (en el hotel junto al burdel), señaló. «No trabajaban, se hospedaban, aunque puede que alguna por su cuenta se llevara a veces a algún cliente», remató.
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