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tribuna abierta

Olvídense del café para todos

Un 1,2 por ciento como techo del déficit es inadmisible para Catalunya

josep maria pelegrí

EL gobierno del presidente Rajoy debería tener presente una premisa ineludible: no puede seguir asfixiando financieramente a Catalunya si quiere superar la gravísima crisis económica que padecemos. Catalunya es la locomotora económica del Estado y, bajo la presión fiscal a la que está sometida, está condenada a quedar en vía muerta y, por tanto, queda paralizada cualquier posibilidad de recuperación del conjunto del Estado. Además, Catalunya no puede realizar más reajustes presupuestarios porque supondría torpedear el estado del bienestar con unas consecuencias sociales y económicas sencillamente insoportables para el conjunto de la población.

Por ello, desde CiU y desde el gobierno de la Generalitat hemos solicitado una flexibilización asimétrica del techo del déficit. El ejecutivo del PP también ha apuntado esta línea, pero su oferta es insuficiente. Un 1,2 como techo del déficit es inadmisible para Catalunya. El Estado debería ser consciente de sus incumplimientos reiterados y de su deuda histórica y endémica con Catalunya. También ha actuado deslealmente en su reducción de transferencias hacia las autonomías, que no ha aplicado en las partidas que gestiona directamente. Ha centrado la austeridad y los recortes en educación, sanidad y servicios sociales gestionados por las administraciones autonómicas.

La verdad es que no nos merecen gran confianza las manifestaciones del ministro Montoro cuando habla de esa asimetría en el techo de flexibilización del déficit. Parece más una voluntad de buscar el enfrentamiento entre comunidades autónomas que un deseo real de ajustar la flexibilización a las necesidades de cada comunidad teniendo en cuenta su aportación y, sobre todo, el déficit histórico acumulado y los impagos de deudas pendientes. Desde Catalunya reclamamos que el Estado traslade a las autonomías el mismo margen de déficit que Europa conceda a España.

Y también emplazamos a los partidos políticos catalanes a que se posicionen sobre este tema. No es de recibo manifestar que no se está de acuerdo con la flexibilización que pide el gobierno de la Generalitat y al mismo tiempo pedir un mayor gasto público en los próximos presupuestos. La demagogia nunca es buena consejera, pero practicarla en tiempos de gran dificultad es sencillamente irresponsable.

Josep M. Pelegrí es secretario general de UDC.

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