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el mentidero

El «corralito» catalán

¿«Corralito» dicen? Pasen y vean el bloqueo existente en este momento en las cuentas de la Generalitat debido a la negativa del socio amigo, ERC, a secundar más recortes

maría jesús cañizares

No habrá «corralito» en España, asegura el Gobierno tras las últimas decisiones tomadas en Chipre. Pero ya lo hay en Cataluña, porque si de gravar las transmisiones bancarias se trata, aquí tenemos un impuesto autonómico, cortesía del pacto CiU-ERC, y otro local, el acordado por CiU-PP por la instalación de cajeros en la vía pública en Barcelona.

Ententes extrañas las protagonizadas por unos nacionalistas liberales entregados a la izquierda independentista, pero que en paralelo cierran acuerdos con ese españolismo que tanto les irrita. ¿«Corralito» dicen? Pasen y vean el bloqueo existente en este momento en las cuentas de la Generalitat debido a la negativa del socio amigo, ERC, a secundar más recortes. El gobierno de CiU no sabe si morir de pie o vivir arrodillado ante su aliado, que le exige más madera identitaria y social para mantener su apoyo, y con estas exigencias no hay quien pueda cuadrar unos presupuestos.

Entramos aquí en otro «corralito», el patriótico, muy unido al económico, pues se han suspendido las subvenciones a quienes no comulgan con el patriotismo oficial, pero se siguen manteniendo a flote a medios de comunicación y entidades sociales entregados a la causa. He ahí el ejemplo de Òmnium Cultural y de la Asamblea Nacional Catalana, que ya han comenzado a preparar las movilizaciones de la Diada, cadena báltica incluida, pues hay que prepararse para la vía Kosovar en el supuesto de que no se pueda celebrar un referéndum sobre el Estado propio.

Serán seis largos meses de reportajes, documentales y entrevistas con estos promotores del separatismo. Porque también hay un «corralito» mediático, aquél que afecta a quienes no sienten ese fervor independentista. A este paso, asistiremos a la creación de un Comité de Actividades Anticatalanas, aunque de la delación ya se encargan personajes tan estrafalarios como Santiago Espot, quien tras denunciar a 3.000 comerciantes por no rotular en catalán, se dedica ahora a promover el boicot a los productos españoles.

En definitiva, que si he exagerado con el término «corralito», acepten el de «acorralado», aplicado a un Ejecutivo abocado al adelanto electoral, sea por su incapacidad para sacar adelante unos presupuestos, sea por la previsible prohibición del referéndum. En cualquier caso, más le vale a CiU presentarse en coalición con ERC para evitar el «sorpasso». Eso sí que sería histórico.

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