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el mentidero

Patriotismo de campanario

Con su petición de extender las ententes secesionistas más allá de los republicanos, Duran recuerda a Mas su promesa de impulsar un proceso de amplias mayorías

maría jesús cañizares

SER responsable de las obras públicas catalanas le convierte a uno automáticamente en aspirante a la presidencia de la Generalitat. Artur Mas lo fue y hoy es presidente; Lluís Recoder dirigió ese negociado y sonó como «delfín», y ahora es Santi Vila quien ocupa el cargo de consejero de Territorio y Sostenibilidad. Sea por descarte, sea porque los perfiles muy independentistas impiden conciliar candidatos en la familia nacionalista -Felip Puig fue consejero de Política Territorial, pero sus opciones nunca fueron suficientes-, el caso es que Vila aparece ahora en las quinielas sucesorias de Mas. Y en su tarjeta de presentación mediática avisa de que no es un hombre ideologizado y que rechaza el «patriotismo de campanario». Le gusta, eso sí, las corridas de toros y se desmarcó del sentir general de CDC votando en contra de la prohibición en el Parlamento catalán.

Eso ocurría en el verano de 2010, cuando CiU era mucho más liberal y menos independentista. Justo lo contrario que ahora. Porque el propio Vila fue uno de los alcaldes que, en la última Diada, alquilaron trenes para facilitar el traslado a la manifestación independentista, en su caso desde Figueras, donde ha sido primer edil durante cinco años. Una iniciativa más propia de ese «patriotismo de campanario» que él mismo denuncia, que del pragmatismo que ahora exhibe con sus llamamientos a la «presunción de bondad» referidos a su incipiente relación con el Ministerio de Fomento. Desconozco si esa presunción es mútua, pues pedir al Gobierno español más inversión en la red catalana de Renfe para luego fletar trenes rumbo al Estado propio, tiene algo de «cornudo y apaleado», como exclamó el otro día el presidente de UDC, Josep Duran Lleida, ante las peticiones de dimisión que le han llovido por el «caso Pallerols». Hablando de presunciones, Duran insiste en mantenerlas tras un acuerdo judicial que conlleva, así es el procedimiento penal, un reconocimiento implícito de culpabilidad, pues de lo contrario no habría pacto.

Mucho menos presunta es la mala relación entre UDC y ERC, pues acabamos de saber que el líder socialcristiano se niega a compartir mesa con Oriol Junqueras, uno de los que solicitaron su cese. Con su petición de extender las ententes secesionistas más allá de los republicanos, Duran recuerda a Mas su promesa de impulsar un proceso de amplias mayorías. CDC dice ahora que algún partido ha filtrado la Declaración de Soberanía de CiU y ERC para dinamitar las negociaciones. Y siendo muy perversos, podríamos sospechar que han sido los propios nacionalistas quienes necesitan esa falta de consenso para justificar la interrupción del proceso. El tiempo dirá si es la ley o el propio Mas quien acaba rebajando su tupé patriótico, como ha hecho el actor Imanol Arias tras las campanadas de Nochevieja.

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