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BARCELONA AL DÍA

La ley de la Educación y la educación de ley

oti rodríguez marchante

La educación es algo tan diverso y engorroso que los españoles tienen muchas dificultades en ponerse de acuerdo, no ya en hacer una Ley que la aliente y proteja, sino en aceptar lo que sencillamente es. ¿Qué es la educación?, pues la acción y efecto de educar, la enseñanza que se da a los niños, también es la cortesía y la urbanidad... Aunque en el diccionario no viene lo que realmente significa educación para el político en el poder: la posibilidad de enfocar la enseñanza de las nuevas generaciones en el sentido ideológico que le convenga. Y en esa alternancia llevan los Partidos Políticos españoles varias décadas, y en el caso de Cataluña, sin la alternancia, pues la educación (en toda la extensión de su significado) es cosa de Convergencia y del cárpetonacionalismo catalán. Lo que para el ministro Wert es equilibrio, para la consejera Rigau es un feroz ataque al intocable catalán; pero lo que sería equilibrado para la señora Rigau, es un continuo desprecio y confinamiento del resobeteado idioma español. La prensa bilingüe catalana, que lo es por convicción y por provecho, no ve bien, en cambio, que la educación de los niños sea bilingüe: su periódico, sí, pero la educación de quienes así lo quieran para sus hijos, no. Ahí ya corre peligro la cohesión social, que como todo el mundo sabe consiste en darle la razón al nacionalismo. Una educación bilingüe en una sociedad bilingüe y en una comunidad autónoma con dos lenguas oficiales es, desde luego, una extravagancia. Lo lógico es que los niños bilingües se eduquen en una sola lengua, y aprendan lo que se diga en esa única lengua. Porque luego está la otra educación, la de tipos como Toni Albà, que le reafirma para discriminar, señalar, «tatuarles un número» a aquellos que no han sido «educados» en su mismo modo de ver el mundo, o el mundito. Y no sé si será ésa la misma educación que la de la consejera Rigau que va y se larga, o que se niega a contestar a la Prensa si hay alguna seña o enseña española en las inmediaciones, y tienen que seguirla por los pasillos como si fuera Scarlett Johansson. ¿Es raro pensar que muchos no quieran que eduquen así a sus hijos?

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