La Y

Lo que el AVE ha unido, que no lo separe la política, parecían susurrarse los alcaldes de Valladolid y León hace cuatro días, codo con codo, vino con vino, en la barra de un bar del barrio Húmedo leonés. En las vísperas, el AVE había llegado, por fin, a León tras casi tres lustros de espera. Ahora, el tren volador ya une en un par de horas a la capital leonesa con Madrid, que es toda una conquista, pero no menor a que León y Valladolid estén tan cerca como un suspiro.

Los lemas publicitarios de Portugal y Andorra, subrayan: «Tan lejos, pero tan cerca». Por estas tierras, al contrario, los políticos de Valladolid y León se han dedicado a propagar el mensaje de «tan cerca, pero tan lejos». Y así durante décadas…

Dicen las crónicas que nunca, desde que se crearon las autonomías, un alcalde de Valladolid se había reunido de manera oficial, ni en plan colega, o sea, amistoso, con uno de León, aunque fuesen del mismo partido. Ahora, el socialista Óscar Puente y el popular Antonio Silván han roto el hielo de la guerra fría entre ambas capitales en un momento en el que España está tan necesitada de unión entre sus pueblos y sus gentes. Mejor juntos que mal AVEnidos, habrán bromeado.

Y, como ahora dicta el moderno periodismo, «han puesto en valor» la i griega, la ye, que une Castilla y León, esta comunidad que, pese al calzador, no ha resultado tan oprimida ni opresora como presagiaban en sus orígenes políticos de uno u otro cariz. La i griega, es una conjunción copulativa que une palabras o cláusulas en concepto afirmativo: Castilla es Castilla y León es León. Y Castilla y León es una autonomía que diferencia, a la vez que une, dos territorios.

Han transcurrido décadas desde los tiempos de las manifestaciones de «León solo», «León sin Castilla, es una maravilla», o las reivindicaciones del Reino de León (con Zamora y Salamanca, casi nada). En estos años a nadie le cabe duda de que Valladolid ha sido la niña mimada por la Junta en detrimento de otras capitales de la Comunidad. León, capital y provincia, sufrió tanto el olvido que cayó en el victimismo hasta el punto de pensar que cualquier inversión que realizaban la Junta o el Gobierno era una limosna si se comparaba con Valladolid.

Hoy, el encuentro político, a la vez que amigable, entre los alcaldes de Valladolid y León puede ser el comienzo de una gran amistad, la que nunca se perdió, a pesar de los pesares y de algunos políticos. Este viernes, el presidente de la Comunidad, Juan Vicente Herrera presidió en León la apertura del curso académico de las Universidades de Castilla y León. Otro gesto, añadido al de los alcaldes, para corroborar que la i griega es una conjunción copulativa que une de manera afirmativa.