Situación límite

En las últimas horas no han faltado los más duros calificativos contra la corrupción desde todos los sectores del espectro político. Todos condenan, todos dicen sentir «asco» y «repugnancia», pero son incapaces de acercar posturas para alcanzar un acuerdo contra ella y a favor de la regeneración de la política en España.

La Operación Púnica ha sido como la gota que ha colmado el vaso y ha afectado a nuestra Comunidad, con la detención del presidente de la Diputación de León, Marcos Martínez, y la imputación del interventor de la institución. Tardará mucho en olvidarse la secuencia de la detención de Martínez en su propio despacho y el requisado de documentación sobre contratos realizados por la Diputación leonesa. Aunque le ampara la presunción de inocencia, nadie en su partido ha hecho la más mínima defensa, conscientes de que una actuación de la contundencia de la ordenada por el juez Eloy Velasco, no se hace de forma alocada, sino con datos que ahora hay que corroborar. Cuando Martínez, que lleva ya dos días detenido, preste declaración, podremos saber exactamente de que se le acusa.

Al margen de lo que pueda pasar, este caso pone punto y final a su vida pública y afectará de forma importante al proceso de elección de presidente del PP de León, cargo al que aspiraba y que llegó a pedir al presidente Herrera proclamándose heredero de Isabel Carrasco. La política, en su conjunto, está muy necesitada de demostrar a los ciudadanos que se ejerce para ellos y para la resolución de sus problemas. La situación actual sólo sirve para dar alas a posibles «paracaidistas salvapatrias» que pueden acabar siendo un autentico desastre para el futuro.