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Los 38.800 niños que usan los comedores escolares han generado 234 quejas este curso

El incidente por los gusanos en León y Segovia ha provocado 40 protestas, aunque Valladolid es la provincia con mayor número

Los 38.800 niños que usan los comedores escolares han generado 234 quejas este curso f. heras

montse serrador

La Consejería de Educación ha recibido, desde el 10 de septiembre en que comenzó el curso hasta el 21 de octubre un total de 234 quejas por los menús que se sirven en los 462 comedores de los colegios públicos de la Comunidad, donde a diario se alimentan 38.864 alumnos, a los que se suma cada jornada una cantidad que oscila entre 3.000 y 5.000 niños que asisten de madera esporádica.

Estas quejas se canalizan a través del teléfono de la Administración regional 012, que las traslada a la Consejería de Educación, desde donde se contesta a todos los que han mostrado su reproche o sugerencia, se investiga y se toman medidas si procede.

De las 234 quejas, 40 se refieren al incidente de las larvas de gorgojo que aparecieron en seis comedores escolares , cinco de ellos de la provincia de León y uno de Segovia. Así, 26 quejas llegaron desde León, diez desde Segovia y cuatro desde otros puntos de la Comunidad. Por lo que se refiere al contenido concreto de las reclamaciones, el mayor número (41) son por el funcionamiento del servicio, y aquí se incluyen los disgustos con los monitores por obligar comer a los escolares. También se protesta por la existencia de «conflictos entre niños» o el hecho de que no aparezca el menú en la aplicación informática.

Menús pautados

Otro grupo de quejas (35) está relacionado con la poca calidad de las comidas, mientras que por la escasez de los menús se han presentado 26. Además, otras 16 son por lo que consideran «excesiva presencia en el menú de verduras y pescados». En este último caso, desde la Consejería se insiste en que el contenido de lo que se sirve está pautado y responde a lo indicado por la Agencia de Seguridad y Calidad Alimentaria donde, además, se determina la rotación de las diferentes clases de alimentos.

Por provincias, el mayor número corresponde a Valladolid, con un total de 121 quejas. En este caso hay que destacar que 52 proceden de dos centros escolares como consecuencia del cambio de la concesión administrativa del servicio de comedor. En León se han presentado 66 reclamaciones, 23 en Segovia, 14 en Burgos, nueve en Salamanca, 3 en Palencia, dos en Zamora, una en Ávila y ninguna en Soria.

Fuentes de la Consejería de Educación explicaron a ABC que siempre se investigan las quejas y se piden explicaciones a la empresa concesionaria del servicio. Si reconoce el fallo deberá tomar medidas al respecto y si lo niega se cotejan los datos.

Lo cierto es que hasta el momento nunca se ha producido en la Comunidad una denuncia judicial por el servicio que se da en los comedores escolares. Tampoco se han producido incidentes alimentarios, por lo que el de las larvas de gorgojo sería el primero. Sí es cierto que se originan situaciones como la ocurrida esta misma semana, cuando hubo que retirar un lote de garbanzos porque al llegar a la cocina para ser calentados se comprobó que estaban duros. Los técnicos en alimentación apuntan al sistema de catering de línea fría como el responsable de que haya unos mayores niveles de seguridad alimentaria y, al mismo tiempo, un incremento de la calidad. En Castilla y León, este sistema está implantado en la mitad de los comedores, 236, mientras que en el resto se dispone de cocina propia, si bien dos tercios de los comensales utilizan este catering de línea fría. El de línea caliente se desechó por completo en el curso 2009-2010 por considerar que las garantías higiénicos sanitarias eran inferiores con dicho modelo.

Mediante este sistema de línea fría, los menús se elaboran a temperaturas mínimas de 70 grados en la cocina central de la empresa que presta el servicio y que puede estar en una provincia distinta al comedor. La comida pasa directamente del recipiente de cocinado a la bandeja y se produce después un abatimiento rápido mediante el abatidor, equipo capaz de reducir la temperatura de los productos de 70 a cuatro grados. Después se lleva a cabo un envasado al vacío y la refrigeración para su transporte, que se realiza en camiones refrigerados hasta el comedor escolar. Allí se produce el calentamiento mediante hornos de convección o aire.

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